Para Francisco, una donación significó la posibilidad de recuperar libertad.

Francisco Javier Nilo Rocha pudo visitar a su mamá después de tres meses gracias a la silla de ruedas que le donó Juana Herrera. El hombre, de 46 años, perdió la vista en mayo de este año por una hidrocefalia y un tumor en la cabeza.

La donación llegó el viernes por la noche, cuando Georgina Montiel recibió una llamada informándole que le donarían una silla a su esposo para que los traslados a sus consultas médicas fueran más fáciles.

Al día siguiente, el hermano de Georgina acudió a la colonia 10 de Mayo para recoger la silla de ruedas: “Dijo Juana que ya la tenía, pero no la ocupaba y decidió darle un mejor uso, no sé cómo agradecerle”, dijo Georgina.

El mismo sábado, Francisco comenzó a utilizar la silla, aunque confesó sentirse extraño al principio: “Es mucho mejor esto, la cosa fue acostumbrarme, pero ya pasó eso”, contó.

Además de traslados cercanos, Francisco utilizó ayer por la tarde su regalo para ir a su cita a la clínica 47 del IMSS.

Georgina recalcó que también del DIF recibirían una silla de ruedas, pero Juana se adelantó a la institución, que, sin embargo, dejó las puertas abiertas a la familia, por si Francisco necesita algo más para mejorar su salud.

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