“¡Él amaba Bomberos!”, recuerda Miguel Ángel Mejía Rodríguez, hermano de Iván, quien platicó que su hermano, desde muy pequeño, tuvo la convicción de ayudar a otros.
“Desde niño le llamó la atención permanecer a Bomberos y servir. Cuando tuvo la oportunidad, se inscribió como voluntario. ¡De hecho le gustaba estar tanto aquí, que perdió un año de preparatoria! Fue por eso que mi mamá habló con él y le dijo que si terminaba la preparatoria, le daría permiso de entrar, y así fue; gracias a Dios le dieron plaza después de ser voluntario”, recordó Miguel Ángel.
Una de las últimas veces que vieron a Iván con vida, él llegó hasta casa de Miguel con su novia; ahí, convivieron, platicaron y se divirtieron. Una semana antes de la doble tragedia, Miguel se encontraba cerca de la base de Bomberos, por lo que decidió pasar a saludarlo. Ésa fue la última ocasión en que hablaron.
“Me quedé platicando con él de varias cosas. Le pregunte que cómo estaba, cómo iba con su novia, cuándo íbamos a salir a cotorrear, cuándo íbamos a hacer esa carne asada que nunca llegó… Siempre preguntaba por mi hija, ¡Él le decía ‘Isis’! ¡Era muy ocurrente y buena persona!¡Siempre amo Bomberos y Bomberos siempre fue su primera casa!” comentó su hermano.
El martes por la tarde, un ex compañero de Iván llamó a Miguel Ángel y le dijo lo que estaba sucediendo, por lo que él se dirigió al lugar del rescate, en donde le dieron la trágica noticia.
“Me da mucha tristeza y dolor, tengo sentimientos encontrados. Gracias a Dios, él está bien y se fue en paz, haciendo lo que le gustaba; quedaron muchos proyectos pendientes, ¡queríamos ir a la playa y quedó pendiente la carne asada con la familia!”, comentó.
‘Le heredó’ el oficio
Miguel Ángel entró hace años a Bomberos por iniciativa de Iván. Fueron compañeros, salían juntos a los reportes, por lo que hoy su hermano está agradecido con el héroe bombero por haberlo iniciado en esta etapa de su vida, pues Miguel Ángel es bombero de la armadora de Volkswagen en Puerto Interior, en Silao.
“Mi hermano es un héroe, este último rescate, después de que lograron sacarlo de donde estaba atorado, sacaron al niño por el cual se había metido a buscar. ¡Se fue con su último rescate exitoso! ¡Se fue siendo un héroe!”, apenas logró decir Miguel Ángel, ante de que el llanto le cortara la voz.
Iván Antonio Mejía Rodríguez tenía 25 años, nació el 11 de Febrero de 1992 y llevaba siete años en la corporación, uno de ellos, como voluntario; vivía con su madre en el Residencial Floresta, y falleció este martes, en el rescate de un niño que cayó al Rio Silao.
Le rinden homenaje
Ayer, ante un centenar de asistentes a la base de Bomberos de Irapuato, autoridades municipales, compañeros de dependencias, amigos y familia le rindieron un pequeño pero emotivo homenaje a Iván.
Desde la mañana del miércoles, la caja madera que llevaba el cuerpo del buzo fue colocada en el area de camiones, donde recibió a cientos de personas congregadas para poder despedirlo.
En el lugar había caras tristes y alegres, recordando anécdotas de Iván y su buen sentido del humor en la base de Bomberos. El llanto, el descontento y el enojo se mezclaban por la pérdida de un gran amigo y compañero.
A la 1:25 de la tarde, el alcalde Ricardo Ortiz, en compañía de funcionarios, rindió una guardia de honor, no sin antes dar el pésame y palabras de aliento a la familia del bombero.
Acto seguido, un compañero bombero, realizó el pase de lista, en el que, al escucharse el nombre del buzo, se escuchó al unísono “Presente”, en tres ocasiones. Poco a poco, compañeros y funcionaros realizaron guardias de honor con el féretro de Iván, mientras de fondo se escuchaba la sirena de uno de los camiones de Bomberos.