Este miércoles, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ordenó “congelar” las cuentas que estén abiertas en el sistema financiero mexicano de 66 personas físicas y morales, entre los que se encuentran el futbolista Rafael Márquez y el cantante Julión Álvarez.
Lo que el cantante de norteño dejará de percibir por su música, mientras resuelve su situación, al menos en la plataforma Spotify, se estima en más de 10 millones y medio de pesos, tan sólo por las reproducciones de su nuevo disco “Ni santo ni diablo”.
Álvarez lanzó su disco en mayo pasado y desde esa fecha hasta este jueves ha sido escuchado en la plataforma streaming unas 47 millones 800 mil 500 veces, lo que equivale aproximadamente a esos 10 millones 511 mil 453 pesos.
Esto sin contar el dinero que percibe por los otros 24 álbumes que tienen en la plataforma online de música.
Hasta el momento, el cantante no ha cancelado más presentaciones —ocho entre México y Estados Unidos—, pero de hacerlo, le representaría una pérdida de al menos 20 millones de pesos, ya que cobraba hasta 2015 cerca de 2.5 millones de pesos por show (cifra que cobró en la Feria de la Huesteca Potosína de ese año) y que este mes repetiría en esa feria.
Su actuación del 15 de septiembre en Sinaloa ya está en veremos.
¿Quién se queda el dinero? Mientras el caso de Julión se resuelve, el implicado está imposibilitado de disponer de ganancias de cualquier tipo.
María Virginia Aguilar, especialista en derecho internacional y socio fundador en AB abogados, explicó a EL UNIVERSAL que en caso de ser encontrado culpable ante la demanda interpuesta por esta instancia gubernamental, tendrá que demostrar que su fortuna no fue obtenida a través del delito de “lavado” de dinero, de lo contrario, serán confiscadas por el organismo que lo acusa.
Respecto a las plataformas streaming, como la sueca Spotify y la estadounidense Amazon Music, que ofertan amplio repertorio de su discografía, éstas tienen el beneficio de continuar operando de manera habitual, aun corriendo un proceso legal en contra de Julión.
En el peor escenario para el cantante chiapaneco, las regalías podrían pasar a manos de familiares directos o conforme se haya estipulado en el contrato que fincó su relación con su casa disquera Fonovisa, filial del sello Universal Music.
La abogada señaló que si las canciones del intérprete promovieran, incitaran o hicieran apología de hechos violentos o delictivos, el material podría ser retirado de estos medios en cualquier momento.
En caso de que el cantante sea encontrado inocente, según la leyes, podrá hacer uso de sus bienes sin ninguna repercusión legal y se reactivarán sus cuentas bancarias desde el primer momento en que se le declare libre de toda acusación.

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