El Presidente Donald Trump declaró ayer la crisis de opioides en su país como una emergencia nacional.

“Es una emergencia nacional. Vamos a invertir mucho tiempo, esfuerzo y dinero en la crisis de opioides”, indicó en declaraciones a la prensa en su club de golf en Bedminster, Nueva Jersey, donde toma vacaciones.

“Es un problema serio, como nunca lo hemos tenido. Cuando era joven, había LSD y cierto tipo de drogas. Pero nunca antes hubo algo como lo que ha pasado en el país en los últimos cuatro o cinco años”, añadió el Mandatario.

La designación de la crisis de opioides como una emergencia nacional permitirá a la Administración Trump eliminar algunos obstáculos y normas federales, con lo que los estados y ciudades tendrán más flexibilidad para responder a la crisis.
Por ejemplo, una de las reglas federales a saltarse es aquella que restringe a los beneficiarios de Medicaid a recibir tratamiento por adicción.
La medida también aumentará la presión al Congreso para que proporcione más fondos para combatir la crisis.
En marzo, Trump estableció una Comisión Presidencial de Lucha contra la Toxicomanía y la Crisis Opioide, la cual es dirigida por Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey.
La semana pasada, dicha comisión emitió un informe preliminar que denomina el número de muertes por sobredosis como “un 11 de septiembre cada tres semanas”, e instó al Presidente a declarar inmediatamente una emergencia nacional bajo la Ley del Servicio de Salud Pública, también conocida como Ley Stafford.
El informe indica que cada día mueren 142 estadounidenses por sobredosis de drogas, según números de 2015.
Nuevos datos federales revelados este martes, no obstante, indican que el promedio diario de muertes en el último año aumentó significativamente.

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