En una casa armada con tablas de madera, con cobijas en lugar de puertas, y lonas en lugar de techo, viven nueve hermanos que nunca han asistido a la escuela.
Su papá es mecánico y su mamá se dedica a tareas del hogar.
Francisco Guadalupe Salazar Solís, el mayor de los hermanos, dijo que él sólo acudió unos días al primer grado de primaria, por lo que no sabe sumar, leer ni escribir.
Actualmente Francisco tiene 17 años y se dedica a la albañilería.
Sus hermanos pasan todo el día en su casa, ubicada en la colonia Ampliación Medina, porque ninguno fue inscrito a la escuela.
En la misma situación están las hermanitas Martínez Hernández, de 5, 8 y 9 años de edad: sus papás no las envían a la escuela.
“No tengo qué darles, apenas me alcanza para darles un taquito”, justificó Carmen Hernández, mamá de las niñas, quien se casó a los 15 años y sólo estudió hasta cuarto de primaria.
Ella trabaja dos veces por semana como empleada doméstica, y gana 100 pesos. Su esposo -papá de las niñas- es albañil, pero se fracturó un brazo y ya no recibe su ingreso semanal.
El matrimonio se dedica a vender donas de chocolate y helados Bon Ice, con lo que cubren el pago mensual de 400 pesos de la renta de su casa en la calle Becerra de la colonia Cruz de la Soledad.
Cecilia Viridiana González González tampoco sabe leer ni escribir. Y es que a sus 13 años, nunca ha ido a la escuela.
Ella vive en la colonia Pedregal del Sol y una de las causas por las que no estudió es la distancia que hay entre su casa y el plantel la escuela más cercana.
En dos ocasiones Cecilia asistió a clases con una maestra del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), pero decidió no regresar.
“Ahorita ya casi no voy, a veces me aburro”, confesó la niña de 13 años, quien desde que tenía 10 ha trabajado en una tienda de abarrotes que es de su familia.
Más de 160 mil sin escuela
La Constitución establece, en su artículo tercero, que la educación básica (preescolar, primaria y secundaria) es obligatoria.
Además, una reforma constitucional realizada en febrero de 2012 establece que también la educación media superior (preparatoria) será obligatoria, aunque para ello se dio un periodo de transición de 10 años.
Pese a la obligatoriedad de la educación, en el ciclo escolar que inició el mes pasado más de 160 mil menores de edad del estado de Guanajuato se quedaron sin estudiar. Y no es porque no haya suficientes escuelas, sino porque sus papás no los inscribieron o desertaron.
En el caso de educación primaria, hay una cobertura de 100% en el número de planteles, respecto a la población infantil en edad de estudiar, de acuerdo con un informe del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE).
No obstante, hay seis mil 300 niños de entre 6 y 11 años de edad que no van a la escuela.
En secundaria la cobertura de planteles es de 92.4%, lo que influye en que no acudan a la escuela casi 26 mil 700 adolescentes de 12 a 14 años.
Finalmente, en el nivel medio superior (preparatoria) la cobertura es de sólo el 60% y suman 127 mil los adolescentes de 15 a 17 años que ya no acuden a la escuela.
La Constituciónno se cumple
El diputado Marco Antonio Miranda Mazcorro reconoció que no existe un mecanismo real, para forzar a que un niño asista a la escuela.
“La obligatoriedad la marca la Constitución en su artículo tercero, pero no se puede forzar a los padres de familia o al propio niño, porque finalmente es una posición de ellos, aunque constitucionalmente se le otorguen estos términos”.
Miranda Mazcorro propuso generar programas de retención de alumnos en las escuelas, así como estímulos para que esos niños puedan asistir.
“Hay familias que o comen o estudian, por eso hoy los jóvenes desde edad muy temprana andan buscando la manera de ganar un recurso económico”.
Opinó que el Estado debe generar políticas públicas para que ningún niño se quede sin estudiar.
“El Estado cree que cumple abriendo escuelas en la medida que el recurso le permite, pagando maestros; no habla de manutención”.
Es un delito dejara niños sin educación
Luz Alicia López Espinoza, directora de Asistencia Jurídica Familiar del DIF, declaró que no llevar a los niños a la escuela es por sí solo un delito, pues se les niega un derecho protegido por la Constitución.
“La omisión de cuidados es un delito, conlleva todo esto salud integral, física y emocional y en consecuencia la represión del derecho a la educación”.
El origen del problema, explicó la Directora, viene de los padres de familia.
“La ignorancia en los padres de familia que no saben que los hijos tienen ese derecho, que lo marca la Constitución”.
Consideró que una obligación de las autoridades es inculcar a los padres la necesidad tan grande que los niños estudien desde kínder a secundaria.
“En las zonas de pobreza se da esta situación; la situación económica, aunque sean escuelas de Gobierno a veces no tienen para pagar una cuota de 200 pesos anuales, los uniformes y útiles”.
Dijo que sí hay alternativas y programas de Gobierno para garantizar que los niños pobres estudien, pero por desconocimiento sus padres no acuden a solicitar apoyo.
Propone más presupuesto
Teresa Zorrilla Palomar, directora de la organización Salud, Arte y Educación, afirma que los responsables de la educación de los niños somos todos.
“No es responsabilidad sólo de los políticos, efectivamente tienen mucha responsabilidad, porque ellos asignan los presupuestos, pero nuestro poder ciudadano está en que hagan su tarea”.
Explicó que los diputados, al ser los encargados de asignar el presupuesto, deben asumir su responsabilidad de destinar más recursos a la educación.
Aclaró que también hay responsabilidad de los ciudadanos.
“¿Dónde están los papás y mamás de los niños? Es un problema estructural y grave (…) La educación es un derecho humano fundamental y sin el cual ninguno de los otros derechos se puede lograr, la educación la queremos ver reflejada en la convivencia armónica”.
Responsabilidadcompartida
Karla Alcaraz Olvera, subprocuradora de Derechos Humanos, enfatizó que garantizar la educación de los niños es una responsabilidad compartida entre autoridades y sociedad.
“Los estados tienen la obligación de llevar servicios educativos a la población, es un problema transversal, es decir sociedad y Estado deben ir de la mano”.
El derecho a la educación, explicó la Subprocuradora, lo tiene todo niño y los estados tienen la obligación de fomentar y llevar a cabo acciones para que toda la población infantil tenga acceso a servicios educativos de calidad.
“La pobreza es causa de muchas violaciones a derechos humanos, la pobreza afecta los niveles de acceso a educación, a salud, a vivienda”.
‘Sus papeles se extraviaron’
El matrimonio Ánimas Juárez tiene ocho hijos de entre 1 y 17 años, y seis de ellos están en edad escolar, pero sólo dos han tenido la oportunidad de estudiar.
Juana Guadalupe tiene 6 años, no sabe las vocales, los números ni los colores; ella sólo asistió un tiempo al kínder, pero no logró terminar el ciclo escolar. Su hermano Édgar Eduardo tampoco fue inscrito en la primaria. Édgar debería entrar a cuarto grado ya que tiene 10 años.
Una de las hermanas mayores de la familia, de apenas 15 años, ayuda a su mamá con el cuidado de sus hermanos más pequeños.
La niña explicó que Juana y Édgar no fueron inscritos en la escuela porque sus “papeles” se extraviaron al cambiarse de casa de la colonia León II.
Actualmente la familia vive en la colonia La Calafia, en un cuarto construido con tablas de madera y lonas de plástico. El papá es mecánico y la mamá se dedica al hogar. En ese cuarto viven los 10 integrantes de la familia. (Silvia Millán)
Se ausentan de escuela por trabajar en la ‘pepena’
Brenda y Adrián son dos niños que trabajan como pepenadores.
A pesar de tener 11 y 13 años de edad, no saben leer, escribir ni sumar, porque nunca fueron a la escuela.
Semanalmente reciben clases para aprender a leer, de parte de un grupo religioso que está instalado en la colonia Imperio Azteca, donde viven.
A Brenda le gustaría ser doctora, pero no sabe escribir su nombre. Conoce las vocales, el abecedario, pero no sabe hacer cuentas.
Adrián dijo orgulloso que él sabe leer “poquito”; también escribe su nombre pero no puede resolver una suma.
José Carmen García Pérez es el papá de los niños, tiene 44 años y se dedica a pepenar botellas de plástico.
El señor explicó que no inscribió a sus hijos a la escuela porque no contaba con las actas de nacimiento, ya que su esposa lo abandonó y al irse se llevó sus documentos.
Hace ocho meses pudo registrar nuevamente a los niños para poder generarles un acta de nacimiento.
José Carmen dijo que no hacía el trámite porque no tenía dinero.
Mencionó que su hijo mayor, de 13 años, es el que le ayuda a trabajar, ya que él está enfermo, pero prometió que el año que entra sí los inscribirá a la escuela.
Tienen 13 años y no saben leer
Norma Yolanda Ramírez tiene 13 años y apenas está cursando el primer grado de primaria.
La menor, quien reside en la calle Cerrito Verde de la colonia Lomas de Monserrat, no sabe ni siquiera escribir su nombre. Actualmente asiste a clases cerca de su casa, con un maestro del INEA.
Su aspiración es aprender a leer y escribir.
En diversas ocasiones Norma había intentado asistir a clases, pero los grupos a los que acudía eran para adultos y ya no la recibieron.
Sumado a esto, constantemente cambiaban a los maestros del INEA y no había continuidad, además de que la clases se extendían hasta las 10 de la noche y para Norma resultaba peligroso el regreso a su casa.
Juana Ramírez, mamá de Norma, dijo que cuando su hija tenía 6 años, la inscribió en dos ocasiones a la primaria, pero que la menor no quería estudiar.
La señora Juana es madre soltera y trabaja en una fábrica.
Dolores Tinajero Navarro, también de 13 años, no sabe leer ni escribir y tampoco sabe sumar.
Su papá se dedica a recolectar basura en las rutas de aseo municipal y su mamá trabaja en la Central de Autobuses, limpiando oficinas.
Desde que recuerda, Dolores ha vivido en la colonia Jacinto López. A ella sí le gustaría estudiar, pero sus papás le han explicado que no tienen dinero para mandarla a la escuela.
La estadística
Menores de edad que no acuden a la escuela en Guanajuato:
6,317 Tienen de 6 a 11 años y deberían acudir a la Primaria
26,693 Tienen de 12 a 14 años, edad en la que deberían cursar la Secundaria
127,390 Son adolescentes de 15 a 17 años, edad que corresponde a la Prepa
Fuentes: INEGI, Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE)
¿QUÉ DICE LA LEY?
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Artículo 3º. Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado -Federación, Estados, Distrito Federal y Municipios-, impartirá educación preescolar, primaria, secundaria y media superior. La educación preescolar, primaria y secundaria conforman la educación básica; ésta y la media superior serán obligatorias.
Carta Universal de Derechos
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) a través de La Convención sobre los Derechos del Niño en su artículo 28, reconoce el derecho del niño a la educación primaria obligatoria y gratuita.