En la ciudad puede haber empresas de alto prestigio que ofrecen trabajo a los jóvenes, sin embargo muchos de ellos se enfrentan a los problemas de la falta de un pago digno que es la realidad, lo que los lleva a buscar otras formas de ganarse el sustento de cada día.
Mario Roa Martínez, un joven de 31 años de edad dice que cuenta con los estudios suficientes para poder enrolarse en alguna empresa local, sien embargo, prefirió dedicarse a vender tortas por que le deja más ganancias que en otro lugar.
Ya son casi 2 años y medio que se dedica a este negocio, cansado por los recorridos que tiene que hacer en una moto acondicionada para vencer sus productos, pero a final del día queda satisfecho por ese esfuerzo extra que tiene que realizar.
“Pues la verdad…me decidí a vender tortas, además que me gusta, en La Piedad no hay muchos empleos donde puedas ganar para sobrevivir con lujos; se gana al día, y en esto de las tortas me deja un poco más de lo que pudiera ganar en cualquier empresa”, declaró Mario.
El comerciante de hecho, nos reveló su ruta por donde vende sus tortas, y dijo: “pues inició a temprana hora, a las 8 de la mañana, salgo de Ciudad del Sol que es donde vivo, y pasó por la Avenida Michoacán, hasta el Bulevard Lázaro Cárdenas, de ahí llegó al estadio Juan N. López, que es mi ultima parada para vencer tortas a los jugadores”.
Mario Roa, dice que en estos 2 años y medio de dedicarse a este oficio ha hecho muchos clientes a lo largo de su camino lo que le garantiza vender entre 50 u 70 tortas diariamente lo que le deja una ganancia apropiada “a veces menos, pero sí sale para irla pasando, además que soy mi propio patrón”.
Durante su recorrido, llega a varios talleres, empresas importantes con ejecutivos que a diario prefieren una torta que un licuado o algo para la dieta, bueno, hasta los futbolistas profesionales y no solo los de ahora de Segunda División, sino que los anteriores de Liga de Ascenso le consumían “son de los mejores clientes” –revelo Mario-.
Antes se dedicaba a trabajar en panadería, lo que también lo llevó abrir un negocio por las tardes de Pizzas y le ha ido bien y destaca que “es solo animarse la gente, a veces no ve uno sus cualidades y gracias a Dios nos va bien”.

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