León, Guanajuato.- El estreno de la ópera “El trovador” en el Teatro del Bicentenario fue un éxito gracias a la interpretación del elenco, cuyas voces resultaron ideales para los personajes de esta famosa ópera romántica de Giuseppe Verdi.
La famosa soprano mexicana María Katzarava, en el papel de Leonora, cantó con suficiente proyección, potencia y volumen, logrando traspasar el sonido de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes en las partes más dramáticas de la obra.
Su voz de soprano lírica ha madurado y ha adquirido cualidades de spinto, por lo que en la primera función logró expresar no solo el lirismo, sino la fuerza dramática del papel. Sin embargo, faltó un mayor dominio de los matices, sobre todo de los pianos.
En cuanto al desarrollo del personaje, Katzarava concibió a Leonora como una mujer enamorada, fuerte y determinada. Sin duda, ofreció algunos momentos emocionantes y conmovedores, aunque estuvo lejos de alcanzar una interpretación completa e intensa.
Por su parte, el joven tenor español Andeka Gorrotxategi desplegó una voz potente, robusta y con squillo en el registro agudo. El protagonista de la ópera ofreció medias voces en el aria “Ah!, so, ben mio”, y también hizo vibrar al público con el agudo final en la famosa cabaletta “Di quella pira”.
En tanto, el barítono mexicano Jorge Lagunes, como el Conde de Luna, lució un instrumento generoso. Su canto imprimió el carácter intenso y apasionado del personaje, gracias a su presencia escénica y a su soberbia actuación.
La mezzosoprano mexicana Belem Rodríguez, en el papel de Azucena, destacó no solo como actriz, también como cantante. Fue totalmente creíble su encarnación de la vieja gitana atormentada por el recuerdo de la muerte de su madre en la hoguera. Gracias a su poderosa actuación, los deseos de venganza del personaje adquirieron una fuerza dramática avasalladora.

Pero también Belem consiguió expresar el amor que siente su personaje por su supuesto hijo, Manrico. La mezzosoprano logró transmitir la angustia y dolor de Azucena, ofreciendo un desarrollo más completo del personaje, no solo el de una madre vengativa. Vocalmente, destacó por su potencia y amplio registro.
En esta nueva producción del año del Teatro del Bicentenario, la directora escénica mexicana Ruby Tagle trasladó la historia de amor cortés medieval a la época de la Guerra Cristera en México, con la escenografía de Jesús Hernández y el vestuario de Carlos Demichelis.
Además, el montaje resultó ágil por los cambios de escenografía (dividida en dos niveles), las constantes coreografías, el manejo de la iluminación y los efectos visuales logrados con un espejo.

Una de las ideas más brillantes de este nuevo montaje fue la aparición imponente y espeluznante del alma de la bruja y madre de Azucena, envuelta en unas telas negras.
En el podio, el director de Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, José Areán, ofreció una lectura dramática y electrizante de la partitura de “El trovador”, gracias al manejo de las dinámicas y al uso eficaz e inteligente del tempo.
Mientras que el Coro del Teatro del Bicentenario, bajo la dirección de Jaime Castro Pineda, se escuchó claro, entonado y homogéneo. Las voces del ensamble destacaron tanto por su fuerza y entrega, como por su brillantez y transparencia.
Además, sus apariciones en escena, como los gitanos y el grupo de oficiales, dieron vida a la puesta en escena gracias a sus coreografías y movimientos escénicos.

Sin duda, el público disfrutó de un montaje original y un elenco excepcional en esta nueva representación de la obra dramática y romántica de Giuseppe Verdi en el Teatro del Bicentenario.