¿Has tenido alguna pérdida?  Seguramente responderás que sí, esta pregunta no sólo va enfocada a perder un objeto, también nos referimos al cambio de ciudad, escuela, ruptura amorosa o el fallecimiento de una persona.

Entonces podemos entender que una pérdida es quedarse sin algo o alguien, y esto nos lleva a sentimientos intensos y confusos que pueden ser de todo tipo. ¿Qué pasaría si no sé manejar estos sentimientos? Esto podría desencadenar diferentes cuestiones que afecten a nivel emocional o físico y que dejan una huella profunda en nuestra persona.

Este tema llega a tener un fuerte impacto socialmente y tomando en cuenta esto, la siguiente información podría ser útil para afrontar alguna pérdida.

Tenemos diferentes niveles de pérdidas: Primer nivel, muerte o cambio radical del cuerpo, segundo nivel, separación de una persona y ataques físicos (asalto, violación, etc.), tercer nivel, ajustes a nuevos ambientes (cambio de casa, escuela, etc.) y cuarto nivel, pérdida de objetos importantes (dinero, celular, etc.) aspiraciones, expectativas o de medio social.

Cada pérdida que se presenta en la vida implica la necesidad de elaborar un duelo. Todas las pérdidas por pequeñas que sean causan dolor y trabajo. Elaborar este duelo implica hacer una travesía por distintas fases:

 

  • Fase de crisis: Es el momento de la perdida, se puede manifestar de diferentes maneras, sentirse triste o no saber que sentir, tener dudas y no saber dónde te encuentras.
  • Fase de negación: Se caracteriza por no aceptar que hay una pérdida.
  • Fase de rabia: Enojo por lo que ha sucedido.
  • Fase de depresión: Un momento donde la tristeza se apodera del estado anímico y se ha tocado fondo.
  • Fase de aceptación: Es momento de levantarse y continuar, se comienza a procesar y entender la pérdida.
  • Fase de aprendizaje: Donde se toma la experiencia y se genera una reflexión para afrontar situaciones futuras.

 

Sabemos que elaborar un duelo es complicado, y por eso acudir y recibir ayuda de un profesional es muy importante. Mientras tanto te dejo cinco pasos prácticos para ayudar a la adaptación de la pérdida:

1) Tomarse en serio las pequeñas pérdidas: Darse la oportunidad de vivir las emociones que vienen a ti.

2) Darse tiempo para sentir: un tiempo en privado para reflexionar es muy útil.

3) Revisa tu mundo de significado: lo que has perdido fue importante para ti, no obstante, en el mundo existen muchas cosas importantes que también son importantes.

4) Dar sentido a la pérdida: a medida que vamos elaborando una historia de lo que nos pasó vamos teniendo otra perspectiva del suceso.

5) Reinventarnos: las pérdidas son un gran cambio en nuestra vida y pueden ser un punto para reestructurar nuestros entornos con el aprendizaje que obtuvimos.

 

Quiero agradecer a una colega y amiga, la psicóloga y tanatóloga, Mónica Campos, con quien he tenido el gusto de compartir algunas experiencias y ayudó a nutrir este texto, además de tener la oportunidad de presenciar una excelente conferencia en el colegio Alexander Bain Irapuato, donde abordó este tema con alumnos de secundaria y bachillerato en el marco de la semana de la “Salud Emocional”. También agradezco a los lectores que se han tomado el tiempo de revisar mi columna. Recuerda que la salud emocional es igual de importante que la salud física.

 

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