León tiene una mínima esperanza de avanzar a la Liguilla, pero su funcionamiento no permite siquiera soñar. Los expertos de Súper Deportivo analizan el funcionamiento esmeralda en el empate sin goles ante el Atlas y condenan la actitud del cuadro de Nacho Ambriz.
Un León infumable: Luis Miguel Guerrero
Infumable partido el de La Fiera anoche en el Jalisco, tan infumable como toda su temporada. En el León parecen ya estar pensando en el próximo torneo, y ante Atlas dio la impresión de que el equipo esmeralda simplemente salió a no perder.
William Yarbrough y la zaga esmeralda se salvan en esta ocasión de las criticas, pero solo porque el rival no hizo nada al ataque. Desordenado y sin profundidad, vimos a un León chimuelo. Resulta imperdonable que el equipo de Ambriz, con un hombre de más en buena parte de la segunda mitad, haya mostrado tan poca ambición ante un rival inofensivo, y se haya conformado con el empate.
Navarro y Montes fueron de lo más rescatable, pero sus esfuerzos individuales resultaron insuficientes. Así, con una exhibición tan pobre como la de ayer, el conjunto verdiblanco le ha dicho adiós a sus remotas posibilidades de calificar. Ha sido un certamen para el olvido.
Twitter: @luismiguelgp
León quiere, pero no puede: Omar Oseguera
No ganarle al Atlas con uno más durante 25 minutos, refleja lo que ha sido el torneo para el León. Un equipo que quiere, pero no puede, no tiene con qué y no sabe cómo.
Si Navarro fue tu hombre más peligroso a la ofensiva, aspiras a poco. Boselli no tuvo una y como siempre, Yairo Moreno no marcó diferencia.
Muy triste la forma en la que murió La Fiera, sin garra, sin ambición y ante un equipo al que le ganaba cualquiera.
El empate ya no duele a la afición, al contrario, alivia y aniquila la ilusión de verse en una inmerecida liguilla.
Sí, fue lo mejor que le pudo pasar al León, saberse eliminado, para a partir de hoy, planear y elegir con quiénes se encarará el próximo campeonato.
Twitter: @omaroseguera
No merecían nada: Luis Gerardo Lugo
El León se pasó de precavido como si estuviera enfrentando a un equipo poderoso, sin darse cuenta que su rival en el Jalisco era uno de los peores del torneo.
Nacho Ambriz metió tantas piernas en el medio campo como si jugara diezmado, sin darse cuenta que el que tenía un hombre menos era el Atlas.
Los Verdes jugaron más preocupados por no recibir gol, sin darse cuenta que anotar para ganar era la única vía para seguir viviendo.
El cuadro leonés sólo tuvo ánimos en los últimos 10 minutos del partido, sin darse cuenta que las circunstancias del torneo le habían regalado 90 como una enésima oportunidad para pelear por un boleto.
Jugando así, timorato, no te haces merecedor de algo, ni de buenas palabras por tus formas de morir. Ahora sí, adiós.
Twitter: @geraslugo
Ya es una mala costumbre: Paco Vela
No, no bastó con cambiar al entrenador. León nos acostumbró a ser un equipo contendiente. Estar en la Liguilla se hizo costumbre y ahora se consumó el fracaso y por tercer torneo consecutivo, el León no estará en la fase final.
El camino se complicó en casa y de visita no alcanzó. León necesitaba ganar y golear, vital para pelear en la tabla general y mantener la vela prendida acercándose primero con tres puntos y también descontando goles en la diferencia, que termina por ser una condicionante muy fuerte, determinante.
El León necesitaba arriesgarlo todo, pues no había más. Ante el Atlas se tenía la urgencia, la necesidad, pero no se pudo capitalizar. El nivel de juego fue mediano y poco peligroso. Sigue siendo Navarro, lateral nominal, el que genera mayor sensación de peligro. Falta de sociedades, de generación de juego cerca del área rival, de certeza en el juego de ataque la que reduce al León a un equipo que sólo atina a medio ordenarse y difícilmente defenderse. Vamos, un equipo no contendiente, un equipo al que se le está haciendo costumbre terminar más cerca de los últimos puestos que en los puestos de calificación.
Twitter: @pacovela