El Templo de Fátima, su atrio y sus jardines, resultaron insuficientes para recibir a aquellos que querían despedirse de Rafael Yamín Saade quien falleció el miércoles a consecuencia de un derrame cerebral.

Nacido en Puebla, hijo de Max Yamín y Sara Saade, pareja de libaneses, llegó muy joven a León donde percibió que los periódicos de la Ciudad de México llegaban con mucho retraso y ahí emprendió su primer negocio dentro del área de los transportes.

Pero el socio rotario, de 91 años, de los cuales dedicó 63 a colaborar con su club, fue también un hombre de familia y de muchos amigos, así lo comentó su sobrino el P. José Luis Serra Martínez durante la misa que le tocó oficiar para despedir a quien también sembró buena voluntad entre sus amigos del golf y sus socios en Flecha Amarilla. 

Concelebró con él, el P. Francisco Hernández, Superior de la Orden de los Padres Dominicos, en León.

La misa para despedir las cenizas de Rafí reunió a su viuda Oty, sus hijos Oty, Magui, Juan Carlos, Rafael, Luis Miguel  y Mayté, sus nueras, yernos, sus nietos y bisnietos, con aquellos que por una causa o por otra tuvieron afinidad con él.

Y precisamente en la misa, sus herederos hicieron uso del micrófono para despedirse de él.

 “Nos enseñaste a estar unidos, a servir a los demás, y nos dejaste la vara muy alta para intentar seguir tu ejemplo, abuelo”, dijo su nieto Paco.

 “Abuelo, estuviste al pendiente de cada uno y nuestras preocupaciones las hacías tuyas. Tu abrazo incondicional y tu pegunta ‘¿qué necesita?’, nos hacía sentir especiales. En momentos difíciles, siempre derechito y con una sonrisa”, señaló otra de sus nietas, Oty. 

Tu sencillez, tu humildad y tu ejemplo de que siempre hay que ayudar a los demás sin sentirte más, como tú lo hiciste con muchísima generosidad, a lo largo de tu vida, nos marcó para siempre y para bien. 

Gracias por enseñarnos que la familia es lo más importante; con tu ejemplo de convivencia, sembraste tus valores entre nosotros y por eso nos queremos tanto. Ahora nos dejas esta gran misión.

Abuelo; gracias por elegir a esta gran mujer como tu esposa. Abuela, gracias por elegir a mi abuelo, un gran ser humano que puso en tus manos el formar esta increíble familia.

Nos duele tu partida, pero el amor que nos diste y los recuerdos de ti, siempre felices, nos reconfortan.

Descansa y reúnete en paz con tus papás y tu hermano Joaquín. Porque como tú mismo decías, ‘vas, vienes y vas, pero como tu casita, no encontrarás’. Eres grande abuelo, te queremos papi”, finalizó. la jovencita ante la emoción de los asistentes.

El sacerdote también recordó al tío y aseguró que está jugando ya en el cielo su mejor partido de golf. “No metió un ‘hole in one’, metió 18 hoyos en uno, está gozando de su triunfo ya en el cielo”.

Dentro de las intenciones, los herederos de Rafí Yamín Saade le pidieron a Dios que, “según la enseñanza del abuelo, estemos al pendiente de las necesidades de los más vulnerables”.

Al finalizar la ceremonia Rafi Yamín Martínez, expresó la gratitud de su mamá, hermanos y el resto de su familia por la compañía de todos: “Nos conforta en estos momentos de gran dolor”.

Agradecemos en especial a sus amigos rotarios, a sus amigos de la Flecha y a sus amigos del golf con quienes, literalmente, compartió su vida hasta los últimos momentos.

Podría resaltar sus cualidades o su actuar en su paso por esta vida, pero quienes lo conocimos lo hicimos a través de su obra. Al igual que él, creemos en la vida eterna y esperamos con fe, nuestro reencuentro”.

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