Tiempo de monarcas
Como cada otoño, los bosques del Estado de México, junto con los de Michoacán, se convierten en el hogar de una incansable y frágil viajera: la mariposa monarca que vuela más de cuatro mil kilómetros desde el sur de Canadá y el norte de Estados Unidos para hibernar en las ramas de oyameles, encinos y pinos que hay en su Reserva de la Biósfera, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La temporada de su avistamiento siempre inicia la tercera semana de noviembre y termina a mediados de marzo. Durante este tiempo, los pobladores locales de los tres santuarios del Estado de México (Piedra Herrada, La Mesa y El Capulín-Macheros) ofrecen recorridos a pie o a caballo para acercarte a las zonas núcleo, donde reposan prendidas a las ramas en forma de racimos. Sin embargo, no puedes acercarte a más de 50 metros de distancia, ya que el ruido e incluso la respiración de las personas acorta la vida de las mariposas.
En los santuarios también encontrarás servicios de restaurante, asadores, venta de artesanías y hospedaje en cabañas. www.mariposamonarca.semarnat.gob.mx
¡Ballenas a la vista!
La ballena gris es una de las tres especies que llega a nuestras aguas para reproducirse y dar a luz a sus crías; las otras son la ballena jorobada y la azul.
Para acercarnos a estas viajeras provenientes de Alaska, es necesario trasladarnos a Baja California Sur, donde se encuentra el Santuario de Ballenas de El Vizcaíno, entre las costas del Pacífico y el mar de Cortés, declarado Patrimonio Mundial.
Aunque las primeras ballenas arriban a mediados de noviembre, es hasta el 15 de diciembre cuando inicia la temporada oficial de avistamiento en tres lagunas decretadas como refugios: Ojo de Liebre, San Ignacio y Guerrero Negro, además de Bahía de Magdalena.
La experiencia. Las embarcaciones, todas reguladas por la Semarnat, llevan a los grupos de viajeros aguas adentro para buscar en el horizonte los chorros que expulsan las ballenas por la nariz, ubicada en la parte superior de la cabeza. A veces, los ballenatos suelen saltar y hacen más fácil su localización.
Para el avistamiento, las lanchas se adelantan varios metros frente al cetáceo para no perder su ruta; deben apagar el motor y esperar a que los ejemplares crucen o acerquen por sí solos a la embarcación. Desde el año pasado se prohíbe tocar las ballenas en caso de que éstas saquen la cabeza del agua, ya que nuestros gérmenes y bacterias podrían enfermarlas.
La temporada para observar la ballena gris termina el 15 de abril.
golapaz.com
Arribo de tortugas
En Puerto Escondido, entre junio y enero, se vive uno de los momentos más impactantes de la naturaleza: la llegada de mil tortugas golfinas por hora, listas para depositar sus huevos sobre la arena de la playa La Escobilla, señalada como uno de los principales santuarios tortugueros de Oaxaca.
Aunque los arribazones son impredecibles, el Centro Ecoturístico La Escobilla ha logrado identificar que el fenómeno sucede con una periodicidad de entre 28 y 30 días, siendo durante el atardecer cuando aparecen las primeras tortugas. Durante los meses de arribazones se han llegado a contabilizar un millón 200 mil ejemplares, los mismos que regresan al siguiente año para dar vida a otra generación.
Los visitantes tienen la oportunidad de ayudar a los pobladores locales en la recolección de los huevos. Para ello, se organizan patrullajes nocturnos. En caso no encontrar tortugas desovando, está la liberación de las crías, las cuales nacen 45 días después de que su madre deposita los huevos.
La playa no es apta para nadar debido a la protección de las tortugas golfinas. En La Escobilla hay renta de cabañas (250 pesos por noche) y zona para acampar.
www.ecoturismoescobilla.com
‘Torea’ bajo el mar
A solo 800 metros de distancia de la franja costera de Playa del Carmen, en Riviera Maya, habita una de las 360 especies de tiburones que existen en el planeta: el tiburón toro, de cuerpo regordete, nariz chata y redondeada y que puede medir hasta 3.5 metros de largo.
Acostumbran vivir a más de 30 metros de profundidad, pero durante varios años de investigación, la ONG mexicana Save our sharks, ha descubierto que en los meses de noviembre a marzo, solo hembras jóvenes o a punto de parir están visibles a solo 18 metros; la razón exacta aún no se sabe.
La empresa de buceo Phantom Divers aprovecha este fenómeno natural y organiza inmersiones para tener un encuentro meramente contemplativo con los tiburones toro. El principal requisito es ser buzo certificado como PADI Divemaster para descensos a más de 24 metros de profundidad.
Antes de zambullirte, el guía te explica la regla básica de seguridad: hay que descender al mismo tiempo, sin distraerse con las rayas gigantes, tortugas o cardúmenes de coronados, el alimento favorito de los tiburones. Una vez que entras al agua, desciendes hasta tocar fondo.
Al llegar, te hincas para sujetarte de la cuerda que ha instalado la touroperadora y esperas a que las hembras se acerquen. No son animales que se abalancen enseguida hacia los humanos porque son desconfiados. Se lleva carnada para llamar su atención, la cual puede ser un trozo de pescado.
En una sola inmersión te rodean entre ocho y 15 hembras. Contén las ganas de tocarlas, porque está prohibido.
www.phantomdivers.com
Chiapas te da alas
La Selva Lacandona es uno de los refugios de la guacamaya roja (Ara macao), considerada la cuarta especie más grande de loros, de las 17 que hay en América. Desafortunadamente está en peligro de extinción.
Para su conservación, en los márgenes del río Lacantún, dentro de la Reserva de la Biósfera de Montes Azules, se construyó el centro ecoturístico Las Guacamayas, operado por la población local. Son sus miembros los que se encargan de guiar las caminatas por la selva para observar los nidos naturales y artificiales de la guacamaya, la cual se reproduce entre los meses de junio y agosto. Una vez que depositan sus huevos, estos tardan 25 días en eclosionar.
Cuando los polluelos cumplen tres meses, están listos para emprender el vuelo y aprender a recolectar su propio alimento. Por eso, los últimos meses del año son los ideales para verlos surcar por los cielos.
Dentro del centro ecoturístico se encuentra el hotel ecológico Ara Macao que, además de ofrecer avistamientos de guacamayas, te lleva a buscar tucanes, venados, jabalíes y cocodrilos en compañía de biólogos. Tú decides si haces la expedición en lancha o en kayak.
Además, dispone de seis habitaciones tipo cabaña, con techo de palma para escuchar el sonido de la lluvia.
www.ecoturismoaramacao.com
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