Levantar pesas puede ayudarte a perder peso y tonificar tu cuerpo, pero también puede lastimar a tu mandíbula.
La razón es simple. Muchas personas, al levantar un peso excesivo, tienden a apretar los dientes, lo cual termina por tensar a la mandíbula y generar lesiones entre los caninos y las muelas.
La mayoría de las personas que se ejercitan lastiman su mandíbula sin darse cuenta. Foto: Ilustrativa.
“Hacer esto con la dentadura supone una tremenda carga tanto para los dientes como para las articulaciones de la boca”, explica Anita Myers, escritora de salud y nutrición, en entrevista con el sitio Well+Good.
“Algunas personas aprietan, otras los mueven y otras como yo, hacen ambas cosas. Las que hacen lo primero excesivamente pueden tener astillas, líneas de grietas, agujeros y fracturas en los dientes. Y las personas que muelen (mueven la mandíbula hacia la izquierda, hacia la derecha o hacia adelante), mientras que hacen ejercicio también puede tener recesión de las encías, desgaste del esmalte y movilidad dental”.
¡Evítalo!
La mayoría de las personas que se ejercitan lastiman su mandíbula sin darse cuenta. Foto: Ilustrativa.
Este mal hábito puede tener otras implicaciones. Al verse afectado el aparato masticatorio y la articulación temporomandibular (la cual se encarga de abrir, cerrar y mover lateralmente la mandíbula), los afectados pueden presentar dolores faciales, de cabeza o de cuello.
Jeffrey Haddad, un entrenador de gimnasio, da simples pero efectivas soluciones para el problema: usar protector bucal.
“El uso de un aparato fabricado correctamente que se alinee y sea compatible con su mandíbula no solo protegerá sus dientes, sino que también protegerá los músculos de la cara, la cabeza y el cuello. Piénsalo de esta manera: si estás haciendo entrenamientos de fuerza, probablemente ya estés preparado. Con mangas de rodilla demasiado caras, cinturones para levantar pesas y monitores de frecuencia cardíaca”.
¿Te das cuenta si lo haces?
Sarah Jebreil, dentista cosmética, propone respirar por la nariz y utilizar una alarma del celular cada 5 o 10 minutos, para analizar si se ha apretado la mandíbula.
“Hazlo para preguntarte si estás apretando o no. Tomar conciencia de cuándo lo estás haciendo es realmente la única forma de romper el hábito. (Respirar por la nariz) Puede mejorar el flujo de aire y relajar los músculos de la mandíbula y el cuello, lo que reduce el apretamiento”.
*Con información de Well+Good
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