Alfonso Barajas Sandoval es técnico en sistemas y amante del ferromodelismo. Esta afición hace 10 años lo llevó a iniciar una colección de trenes a escala.
“Mis padres me decían que desde que estaba en el andador expresaba el gusto por los trenes porque al escuchar el sonido del tren cada que pasaba me causaba emoción y lo expresaba”, dijo.
Creció cerca de la estación Pompa, a unas cuadras del barrio San Miguel, y desde niño recibía locomotoras en sus cumpleaños y también en el Día de Reyes.
Su primer tren
Antes de la Navidad de 1999 compró su primer tren en la tienda Hobbylandia, y consistía en locomotora, dos furgones, un carro-tanque, plataforma con un contenedor y el cabús.
Unos días después, con el nuevo milenio se estrenó como coleccionista al adquirir sus primeros trenes eléctricos en la misma tienda, los siguientes los encargó por Internet.
Su entusiasmo contagió a su hermano Luis Arturo y se unió a coleccionar, y en 2008 formaron el club Niágara 3036, luego de visitar en Aguascalientes una exhibición de ferromodelismo.
“Comencé a buscar gente apasionada del ferromodelismo y actualmente somos 15 los miembros, el 15 de agosto de 2008 fue nuestra primera reunión oficial como club”, dijo Alfonso Barajas.
Niágara
El nombre del club surgió por la locomotora que se exhibe en el Parque Explora, que es modelo Niágara 3036; el nombre original de éste era Northern (Norteñas) pero en México algunas compañías rechazaron el nombre y las llamaron Niágara.
En estos 10 años Alfonso Barajas ha sumado 30 locomotoras y 300 piezas entre vagones, furgones, plataformas, góndolas, carboneras, contenedores y cabús.
“De las 30 locomotoras mi favorita es la Niágara 3036, porque es la réplica a escala de la que se exhibe en Explora y representa nuestro club”, dijo.
Así se convirtió el coleccionista
Además ha armado seis maquetas, terminar la primera le tomó cuatro años, el resto entre seis meses y un año dependiendo de la complejidad; una de ellas es una representación de la estación Pompa que le inspiró a convertirse en coleccionista.
“Para el armado de maquetas me gusta darle mi toque a la escenografía, hago propios diseños como los edificios, las casas y los accesorios o en algunos casos los modifico”.
El club Niágara 3036 tiene una maqueta formada por 27 “maquetas modulares” de 10 metros de ancho por 12 de largo, con 110 metros de vías donde circulan cuatro trenes análogos y seis digitales.
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