Con sus voces y talento, las jóvenes promesas del Estudio de Ópera de Bellas Artes (EOBA) sorprendieron a los leoneses en el concierto de gala celebrado la noche del viernes en el Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña, en el que interpretaron algunas de las arias, dúos y concertantes de las óperas y zarzuelas más reconocidas de la historia.

De acuerdo con el programa de mano, el EOBA es un proyecto creado en el 2014 por el INBA y el FONCA, a través de la Ópera de Bellas Artes, con el objetivo de estimular el perfeccionamiento artístico de jóvenes cantantes y pianistas a través de diversos talleres como coaching, repertorio, actuación, movimiento corporal, técnica vocal, idiomas, entre otros. 

En esta ocasión se presentaron 13 cantantes, entre sopranos, mezzosopranos, tenores, barítonos y un bajo-barítono, así como tres pianistas acompañantes. Además, el recital formó parte del programa “Disfrutemos la ópera”, del Forum Cultural Guanajuato, así como de los festejos por el 40 aniversario de la Universidad Iberoamericana de León. 

La gala estuvo dividida en dos partes, la primera dedicada a fragmentos de óperas de Rossini, Donizetti, Bizet, Delibes, Puccini, Mascagni, Bernstein y Weill, todos ellos compositores de los siglos XIX y XX; y la segunda, a romanzas y duetos de zarzuelas de Moreno Torroba, Serrano, Giménez, Panella Moreno, Nieto y Sorozábal, por lo que el programa no podía ser más heterogéneo.

Esta diversidad se vio reflejada en la variedad de cantantes, cuyas voces fueron adecuadas para los personajes que interpretaron en el concierto sin escenificación. Aun con aspectos técnicos perfectibles, que seguramente pulirán con el tiempo, los solistas confirmaron no sólo la calidad del Estudio de Ópera de Bellas Artes, sino su talento como futuras estrellas de la ópera en México.

En una sala casi llena, los artistas brindaron lo mejor de su arte: la soprano Valeria Vázquez y el tenor Alejandro Luévanos lucieron una proyección generosa en la escena de la reconciliación de “La bohème”; el tenor Édgar Villalva y el barítono Carlos Arámbula deleitaron con su fraseo refinado en el dúo de la amistad de “Les pêcheurs de perles”; y la soprano Akemi Endo y la mezzosoprano Frida Portillo sedujeron con la belleza de sus voces en el dúo de las flores de “Lakmé”.  

De voz carnosa y potente, Portillo también destacó en el manejo de los acentos, colores y canto nasal en la moderna y divertida escena de “Trouble in Tahiti”. Con claridad y fuerza, Endo, Luévanos, Arámbula, Villalva, la soprano Luisa Mordel y el bajo-barítono David Echeverría cantaron el famoso sexteto de “Lucia di Lammermoor”.

Después la mezzosoprano Mariel Reyes-Gil, Luévanos y Mordel emocionaron con su dramática e intensa interpretación de un fragmento de “Cavalleria rusticana”.

Otra escena digna de representarse fue la del final del primer acto de “L’italiana in Algeri”, en la que Portillo, Villalva, Arámbula, Reyes-Gil, Echeverría, el barítono Tomás Castellanos y la soprano Ariadne Montijo exhibieron, además de una facilidad para la comedia, un dominio del estilo rossiniano.

Por tratarse de una rareza, la joya de la velada fue “Ice cream sextet” de la ópera estadounidense “Street Scene”, solventado de forma brillante por Villalva, Luévanos, Endo, Reyes-Gil, Castellanos y Echeverría. 

Lo mejor de la zarzuela

Para la segunda parte del recital, los solistas del EOBA llevaron a la audiencia por un recorrido musical a España, con lo mejor de la zarzuela.

La soprano Edna Valles inició la selección de romanzas con “La petenera” de “La marchenera”; enseguida, la soprano Liliana Vanessa Salas deslumbró con su voz en “Marinela, Marinela” de “La canción del olvido”. Ambas cantantes son integrantes del Coro del Teatro del Bicentenario y fueron invitadas al concierto.

A continuación, los asistentes disfrutaron de dos dúos románticos de “Luisa Fernanda”: “En mi tierra extremeña”, interpretado por Montijo y Arámbula; y “Cállate, corazón”, a cargo de Velázquez y Villalva. Otras romanzas muy bien recibidas fueron “¿Qué te importa que no venga?” y “No puede ser”, cantadas con garra por Portillo y Luévanos, respectivamente.

El lado alegre de la zarzuela llegó con “Zapateado” de “La tempranica”, ejecutado con gracia por Reyes-Gil; el dúo “Confesión” de “Don Gil de Alcalá”, abordado con humor por Castellanos y Echeverría; y “Me llaman la primorosa” de “El barbero de Sevilla”, que brilló en la voz de Endo.

Édgar Villalva y Luisa Mordel concluyeron el programa, dando vida a la pareja del torero y la gitana de “El gato montés” en el famoso pasodoble “Torero quiero sé”, cuyos compases todavía acompañan a los toreros en el paseíllo.

Sobresaliente fue la participación de los pianistas Rogelio Riojas-Nolasco, Mitchel Casas y Sergio Freeman, quienes no sólo supieron acompañar a los cantantes, sino que respetaron el carácter y estilo de cada una de las obras.

Después de que los solistas y su maestra de movimiento escénico, Jeanette Macari Graniel, fueran colmados de aplausos, Felipe Espinosa Torres, rector de la Universidad Iberoamericana de León, subió al escenario para agradecer a los cantantes y a las autoridades de gobierno y del Forum Cultural Guanajuato, dando por concluida la gala, sin darle oportunidad al público de escuchar otra pieza más.

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