“Yo como vi que ya nos íbamos al barranco pensé que ya se había acabado todo, yo dije ‘aquí quedé’”, narró Carmen Ojeda, una de las pasajeras del trágico accidente de la ruta 84, quien ese dia viajó dos veces a bordo de la unidad LS306E, sin imaginar lo que pasaría en esa segunda vuelta.

Tras cinco días del siniestro, a Carmen se le ha complicado conciliar el sueño, pero narró el desesperado momento de aquella noche en que los pasajeros se percataron que el autobús se quedó presuntamente sin frenos.

Minutos después de las 11:00 de la mañana de ese 29 de diciembre, Carmen había abordado la unidad que era conducida por José Melesio Guerra. “me tocó ir con él, como iba lleno el camión me tocó ir parada y me bajé en Cima, de ahí tomé la Oriente – Poniente para ir a mi trabajo”.

“Ya había viajado muchas veces en esa unidad. Lo que sea de cada quien el (Melesio) era amable, uno pagaba con billete y hasta que no le daba el dinero en la mano el arrancaba la unidad. El no se aceleraba como algunos para que no lo alcanzaran”, narró Carmen.

CAMIÓN MUCHAS VECES LLENO

Cerca de las 8:20 de la noche, de regreso de su trabajo, Carmen nuevamente abordó esa misma unidad, pero por la cantidad de gente tuvo que viajar parada, sosteniéndose del tubo donde está el lector de tarjetas Pagobus, “era muy difícil pasar hacia atrás, venía lleno el camión, muchas veces viene así, regularmente es muy usada esta ruta”.

La ruta avanzó por Mariano Escobedo, para luego tomar el bulevar Calcopirita, “la ultima parada fue en (Paseos de la) Cima, está antes de empezar en la pendiente, ahí subió un señor”.

“Agarra su rumbo, va manejando normal. El camión empieza a agarrar velocidad, el chofer empieza a querer frenar, mete el freno y agarró el volante, y el camión empezó a ‘serpentear’. Cuando vamos llegando a la curva simplemente nos agarramos del tubo porque decía ‘no puede ser, no puede ser’”, rememoró Carmen.

“Cuando se acerca mucho el camión a la curva el simplemente volantea, le quiso dar la vuelta al camión. Solo recuerdo que quiso dar la vuelta, cerré mis ojos y empecé a escuchar el tronido de los fierros, vidrios y gritos de la gente”.

En las vuelta de la unidad, Carmen se golpeó la cabeza, y al sentir que se había detenido el vehículo abrió los ojos con un zumbido en la cabeza y sintiéndose aturdida. Volteó a ver el lugar donde estaba el chofer, pero no había nada.

“Cuando abro los ojos lo primero que pienso es venir a ver a mis hijos, tengo cuatro, salgo a buscar ayuda para mi familia”, comentó Carmen.

ME ARRASTRÉ COMO PUDE

El vehículo había quedado inclinado y alcanzó ver la puerta del autobús abierta, “me arrastré como pude porque no coordinaba bien, traté de salir y vi un montón de gente por atrás del camión como aventada”.

Entre la confusión Carmen logró bajar “caminé entre la hierba hasta subir al bulevar, viene la gente que vio el accidente y pedí auxilio”.

ESTOY BIEN, PERO EL CAMIÓN SE VOLTEÓ

Una joven ofreció su celular a Carmen para que pudiera llamar a su esposo, quien estaba en su trabajo, “amor, no te asustes, estoy bien, pero el camión donde venía se volteó” le dijo a su esposo, quien acudió al lugar y tras algunos minutos de confusa búsqueda entre el ajetreo del siniestro, logró encontrarla para llevarla al hospital al ver que los servicios de emergencia se concentraron en atender a quienes estaban heridos con mayor gravedad.

“Por eso no aparecí en ninguna lista, mi esposo me llevó directo al hospital. Cuando me están checando empieza el hospital a volverse un caos porque empiezan a gritar que vienen tantas ambulancias, y que hay que preparar todo, que venían códigos rojos”, detalló Carmen.

NO LO PODÍA CREER

Cerca de las 11:30 de la noche ella fue dada de alta, y una vez en casa con su familia “empiezo a contarles y me empiezan a enseñar las imágenes en el celular y la verdad no podía creer que yo estuviera viva”.

Posteriormente acudió a revisiones y se le dio apoyo por parte de la Dirección de Movilidad, pues comprobó con su boleto que iba en el autobús esa noche.

“Lo único que me interesaba era saber que no voy a tener complicaciones después, porque tengo mucho por quién ver, tengo cuatro hijos que hay que ver por ellos”, acotó Carmen.

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