Puebla.- Los hechos ocurrieron en el municipio de Huachinango, el 8 de junio de 2016, cuando Yanelli, de 24 años de edad, abordó un taxi colectivo.

De acuerdo con el portal de noticias Sin Embargo, le ordenaron al taxista que se desviara del camino y en una carretera, abusaron sexualmente de ella. Yanelli recuerda que el taxista intentó ayudarla, pero el señor “ya era un poco grande” y le pegaron en la cabeza con el arma de fuego.

El conductor le pidió disculpas a Yanelli por no haberla podido ayudar, después le dijo que la trasladaría a dónde ella se lo pidiera: hospital, casa, comandancia. La mujer le dijo que la llevara a su casa, pero se bajó 5 minutos antes de llegar y con la ropa rasgada y sangre en la cara, caminó hasta su domicilio.

Para las autoridades este caso quedó cerrado con la sentencia condenatoria, olvidaron que participó otro hombre.

Ese mismo día acudió a denunciar los hechos y al Hospital General de Huauchinango, donde le dijeron que tenía esguince en el cuello. La joven narra que no quería denunciar, pero fue su mamá quien la convenció. Cuatro días después, se trasladó a la Fiscalía General del Estado, ubicada en la capital poblana, para que le hicieran pruebas psicológicas y el retrato hablado de sus atacantes.

Identificó a uno de los agresores

Un mes después, Yanelli vio cómo una patrulla trasladaba a dos hombres detenidos y reconoció a uno de ellos: a Erick, uno de los dos sujetos que abusó sexualmente de ella. Lo identificó y siguió hasta la Comisaria Municipal sin miedo a equivocarse, pues su rostro jamás se le olvidará. Su nombre lo sabía porque mientras era violada el otro sujeto le decía: “¡Ya Erick, me toca!”.

Tras girar una orden de aprehensión, Erick fue detenido e ingresado a la cárcel pero la justicia no llegaría aún para Yanelli, pues para la familia del agresor, su peor error fue denunciarlo y seguir el proceso.

Sabía el nombre del agresor porque mientras era violada el otro sujeto le decía: “¡Ya Erick, me toca!”.

¿Qué agresión más necesita una mujer para ser atendida cuando es víctima de un delito así? ¿Cuánto más hay que sufrir para que ellos se pongan a trabajar? ¿Qué esperan, que estemos muertas para que se haga algo?”

Después de que uno de sus agresores fue detenido comenzaron las amenazas

Después de que Erick fue detenido, comenzaron una serie de amenazas y al poco tiempo las cumplieron. A pesar de que Yanelli había cambiado de número telefónico, los familiares de Erick tuvieron acceso a él y a la dirección de su casa.

“Lo que van a encontrar después es tu cuerpo”. le gritaban.

Perra, te vas a morir, ¿no fue suficiente lo que te pasó? Quita la denuncia.”

Le advertía el hermano de Erick, quien le dijo que si no se presentaba para desistir de la demanda, él la iría a ver y, al parecer, así lo hizo.”

La violan por segunda ocasión

Después de las amenazas, Yanelli solicitó protección y el Ministerio Público ordenó que dos oficiales la cuidarán. Así lo hicieron hasta que se registró la tormenta “Earl”. Las víctimas del huracán se convirtieron en prioridad. Yanelli dice que lo entendió pero aunque las cosas volvieron a la normalidad, su seguridad no regresó.

La mujer, quien vivía con su hija, hermana y madre aguantó las amenazas y mensajes ofensivos por meses. Mientras más se acercaba el juicio de Erick, las amenazas más se hacían presentes. En octubre de 2017, Yanelli detectó a hombres sospechosos cerca de su casa incluso, en una ocasión tuvo que llamar a la policía.

Las cosas volvieron a la normalidad, su seguridad no regresó.

Sin embargo, en una ocasión, donde su madre y su hermana no se encontraban en la casa, dos hombres ingresaron a la vivienda. A Yanelli le pegaron, azotaron su cabeza contra la pared en múltiples ocasiones, la tiraron, la patearon, le escupieron y la ataron de las manos y pies con un cable y una cuerda.

Te estás haciendo la muy chingona, si deberás muy cabrona, defiéndete. Lo que van a encontrar después es tu cuerpo”. Le gritaban.

Mientras ella gritaba, a su hija de tan solo dos años también le pegaron y la jalaron del cabello. Después, metieron a la menor a un cuarto y le tomaron fotografías: “a mí no me gustan las escuinclas pero conocemos a alguien que sí”. Para que no le hicieran nada más a su hija, Yanelli dejó de gritar para pedir auxilio; después la violaron frente a su hija.

A su hija de tan solo dos años también le pegaron.

Antes de irse, con la punta de una navaja la marcaron en el pecho.Yanelli dice que debido a los golpes, ni siquiera sintió dolor cuando le marcaban el cuerpo.

La encontraron inconsciente

Tampoco podía respirar, su nariz estaba llena de sangre y le metieron su largo cabello a su boca; después huyeron y ella perdió el conocimiento. Dos horas después, su madre la encontró ahí tirada y fue a pedir auxilio a los vecinos pues ella no supo qué hacer.

Cuando recobró el conocimiento, Yanelli lo primero que pidió fue ver a su hija, pensó que se la habían llevado o, posiblemente, también abusaron de ella. La pequeña estaba dormida, estaba echa del baño y se veía maltratada, por los golpes pero dentro de todo estaba bien.

Trasladaron a Yanelli al hospital, donde le dijeron que tenía fracturada la nariz, un esguince, su mandíbula estaba lastimada, presentaba derrame en el ojo, oídos inflamados y un dolor de cabeza que nunca se calmó.

A consecuencia de los golpes que recibió, Yanelli perdió casi al 100 por ciento la vista en su ojo izquierdo.

Cuando Yanelli se presentó nuevamente ante el Ministerio Público para declarar, el encargado de llevar su caso se molestó porque dijo que él nunca dio la orden de que se le retirara la vigilancia; sin embargo, la víctima cuenta que la persona que tomó la declaración, escribió lo que quiso y no lo que ella narró. Además, al día siguiente fue atendida por una psicóloga que le advirtió: “si estas mintiendo, yo me doy cuenta y me voy a encargar de que te castiguen”.

Yanelli salió de ese lugar en llanto, pues dijo que lejos de sentirse apoyada, la hicieron sentir peor y fue revictimizada por las autoridades.

Realiza foros e imparte platicas sobre la prevención de abusos

Después de todo lo que pasó, Yanelli se comenzó a capacitar: tomó cursos, talleres y diplomados sobre prevención de abuso sexual, abuso sexual infantil, qué hacer en caso de ser víctima de violación y sobre derechos humanos.

En ocasiones es invitada a realizar foros y platicas en escuelas, donde se ha dado cuenta que no es la única que pasó por esto.

En ocasiones es invitada a realizar foros y platicas en escuelas.

Perdieron su expediente 

Sobre los responsables de la segunda violación no hay rastro y posiblemente no lo habrá pues le dijeron que la carpeta de investigación número 787/2017/Huauchinango Puebla, se extravió: “tal vez se la llevaron a Puebla para anexarle cosas”, le dicen.

A consecuencia de los golpes que recibió, Yanelli perdió casi al 100 por ciento la vista en su ojo izquierdo y ya lleva ya casi 3 años en constante terapia con el psiquiatra.

A pesar de todo lo que ha pasado, Yanelli dice que todos los días agradece el estar viva, el ser afortunada por contar con el apoyo de sus hermanos y el poder tener a su hija, quien es su principal motivación para seguir adelante.

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