Con 396 votos a favor, 68 en contra y una abstención, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó en periodo extraordinario de sesiones la reforma educativa, devuelta por el Senada de la República el pasado 30 de abril. 

El proyecto de decreto establece la obligación del Estado de garantizar una educación de excelencia en todos sus tipos y niveles, inicial hasta la superior. 

Con esta aprobación, también desaparece el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE); además se eliminan las evaluaciones que afectaban la permanencia de los profesores en el servicio educativo; y se estipula que los derechos laborales de los maestros se regirán por el Apartado B del artículo 123 de la Constitución,  con la especificación de que siempre prevalecerá la rectoría del Estado. 

A pesar de una breve guerra de descalificaciones entre representantes del PAN y Morena, los diputados avalaron las enmiendas acordadas entre los coordinadores parlamentarios y los funcionarios de la SEP, a petición de los senadores, que incluyen otros temas centrales, como garantizar los recursos para la implementación de la reforma, y una Estrategia Nacional de Mejora de las Escuelas Normales, la cual establecerá acciones para su fortalecimiento.

 

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