La Cuarta Transformación está decidida a acabar con el neoliberalismo o nuevo liberalismo, causa de todas nuestras desgracias económicas y sociales, según el Gobierno.
Del otro lado del ring ideológico, los nuevos conservadores se juntan para denunciar el arribo del socialismo con Andrés Manuel y su partido Morena.
El neoliberalismo proviene del pensamiento occidental que enfrenta dos corrientes vigentes antes de la Segunda Guerra Mundial: el comunismo estatista y el liberalismo clásico del “dejar hacer, dejar pasar”. Nace como moderador de extremos y lo adoptan la mayoría de las democracias occidentales, al menos en la estructura que alienta el emprendimiento personal, la formación de capital y el crecimiento económico basado en la inversión privada con el apoyo del estado en la redistribución del ingreso.
Se forma la Reserva Federal, el Banco de México y los bancos centrales europeos. El México posrevolucionario también adopta ese liberalismo económico que se habría de moderar con la fundación de instituciones públicas como el Seguro Social, la educación pública gratuita y la inversión del Gobierno en infraestructura, salud y servicios.
El modelo neoliberal triunfó sobre el comunismo y los países del universo soviético se desprendieron de Rusia para emprender su transformación con la iniciativa privada. Después de la Segunda Guerra y la caída del comunismo en Europa se creó tanta riqueza que elevó en tres veces el ingreso de las familias, agrandó el bienestar y permitió a los Estados crear redes de protección social.
En Europa, donde surgen las ideas de vanguardia, transitan los cambios democráticos en la dialéctica del péndulo entre derecha e izquierda. Siempre con una estructura de producción del libre mercado.
El neoliberalismo convive con el socialismo en los países más desarrollados, particularmente en los escandinavos. Encontraron un buen balance entre la libertad de emprender y el rigor de los mercados, con la presencia de la inversión social del Estado.
La Volvo es una gran empresa de Suecia pero fue adquirida por los más neoliberales del mundo, los chinos. Nokia de Finlandia tuvo un éxito meteórico con el nacimiento de los teléfonos móviles pero tuvo que ajustarse a una caída estrepitosa frente a Apple y Samsung.
En Latinoamérica los países que adoptan el modelo neoliberal son Chile, Perú, Colombia y Panamá. México parece que lo quiere destruir, por eso no crecemos.
Alejandro Werner, director del FMI, -el mexicano que nos salvó de la debacle en tiempos de Ernesto Zedillo- da los datos de la economía latinoamericana. Venezuela es el desastre más increíble. Se prevé que en este año perderá el 36 por ciento de su PIB y desde 2013 lleva una baja del 65 por ciento. No tienen que comer ni medicinas para curarse.
Nicaragua está por sufrir otro descalabro, Cuba sigue en los sesentas y Argentina todavía tiene la resaca del peronismo de los Kirchner. Brasil es otro caso por resolver.
En 2019 Perú crecerá al 3.7 por ciento. Colombia al 3.4 y Chile al 3.2. El común denominador: sus gobiernos son neoliberales y alientan a la iniciativa privada.
México no crecerá este año. El golpe Texcoco rompió la confianza y las expectativas del mercado y la inversión. El Gobierno cerró la llave del dinero en el gasto y enfrenó de golpe el crecimiento. Aún no sabemos cuál es el modelo de “Economía Moral” que pregona la 4T, pero es un buen tema para otra Perspectiva.