El emblemático Arco de la Calzada quedó grabado la noche de miércoles 31 de julio como sede de un acoso sexual en manada hacia jóvenes que conforman el grupo de dance cover, “The Essence”. Una de las integrantes, identificada en Facebook como Shasia Lee, compartió un video el jueves 01 de agosto, en donde se ve que, a media coreografía de las 7 chicas, un grupo grande de hombres en bicicletas las rodean mientras chiflan y gritan.
Según lo publicado por Shasia Lee, algunas de las palabras que gritaban eran “están bien buenas”, “andan ahí, exhibiéndose” y “les gusta arrastrarse”. Todo parece indicar que quienes acosaron a las bailarinas forman parte de una iniciativa ciudadana que promueve el uso de la bici y que organiza “rodadas” cada miércoles por la noche. Como reacción ante ello, la colectiva Mujeres contra las Violencias Machistas está convocando a una manifestación en el Arco de la Calzada el próximo miércoles 07 de agosto.
El acoso callejero no es un fenómeno nuevo, tanto este como otras formas de violencia contra las mujeres en León ya se han señalado en otras ocasiones. Por ejemplo, a finales de marzo de este año, Nosotras A.C. organizó una caminata contra el acoso y entregó un pliego petitorio para tomar acciones de prevención del mismo.
En el caso de The Essence, en redes sociales también se les culpabilizó a ellas mismas por “exhibirse”. Pero no es necesario bailar en público para ser víctima de acoso sexual en la calle. Tampoco es necesario tener cierto aspecto físico o vestirse de alguna forma específica para ser víctima de acoso.
El acoso callejero no siempre se da en manada como en este caso, y muy pocas veces hay evidencia tangible de que sucedió. Pero es algo que todas las mujeres hemos vivido o, por lo menos, atestiguado.
En más de una ocasión a lo largo de nuestro día, las mujeres tomamos decisiones con base en las probabilidades de que nos acosen o nos violenten en el espacio público: ¿el camino que tomaremos está suficientemente iluminado o me expone a una agresión y es mejor tomar otro más largo pero más seguro? si me pongo falda o vestido ¿me acosarán? ¿a qué hora regreso a mi casa para tener menos probabilidades de una violación? Todas estas cuestiones tan cotidianas, evidentemente, no las viven los hombres como las mujeres.
En el Ayuntamiento de León se han tomado avanzadas y positivas medidas para mejorar el acceso y disfrute a la ciudad, por ejemplo, con el Servicio de Transporte Urbano Incluyente, para personas con discapacidad. Otra buena noticia para el municipio en los últimos días, ha sido la apertura del nuevo Hospital Regional de León.
Sin embargo, todas estas acciones carecen de efectividad si nos detenemos a pensar ¿cuántas agresiones y acosos tendrán que soportar niñas, adolescentes y mujeres para llegar al hospital? ¿qué costo tendrán que pagar para beneficiarse de nuevas rutas de transporte? Más allá de medidas punitivas, como el castigo a los ciclistas en el caso relatado al inicio, es hora de apostar a políticas de prevención del acoso callejero, dirigidas a cambiar a largo plazo la actitud de la sociedad hacia el acoso, y en las que se escuche a las mujeres que vivimos rodeadas de violencia.
*El acoso callejero también se vive de forma diferenciada para grupos como, por ejemplo, las mujeres trans, lesbianas o bisexuales. Para reportar de forma anónima cualquier caso de violencia o discriminación que hayas vivido o atestiguado, puedes entrar a la plataforma Visible, aquí https://amicusdh.org/visible/
Amicus, “Derechos Humanos por el cambio social”
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