Cuando una reunión, o una parte de una reunión, se convoca bajo la regla de la Casa de Chatham (the Chatham House Rule), los participantes tienen el derecho de utilizar la información que reciben, pero no se puede revelar ni la identidad ni la afiliación del orador, ni de ningún otro participante”.

Todos los días se aprenden cosas nuevas y una de ellas fue descubrir la Regla de “Chatham House” solicitada por funcionarios del Banco de México para una reunión sobre expectativas económicas entre empresarios de diferentes sectores.

La regla se origina en un centro de investigación política, económica y social de Inglaterra. Un “Think Tank” de abolengo y calidad. Su objeto es sencillo: ventilar y abrir las ideas y los problemas de un grupo con el compromiso de no difundir ni quién las expresa o la institución a la que pertenece.

El Banco de México invitó a empresarios para “conocer el estado y las expectativas de la industria en la que su empresa participa”.

Conversamos representantes de variadas industrias como la agroindustrial, textil, autopartes, automotriz, servicios financieros, distribuidores de autos, educación superior privada y am.

Los funcionarios del banco quieren tomarle la temperatura a los diferentes sectores en directo. Quieren saber cómo nos va y, sobre todo, qué esperamos del futuro.

Hacen bien en abrir grandes los ojos a la realidad de los sueños y angustias de los empresarios; las trabas y problemas provocados desde la burocracia. Son adelantos de sus números macroeconómicos.

La sorpresa fue la gran apertura y franqueza de los participantes. Todos nos abrimos sin temor bajo la regla de Chatham. Ahí surgió lo vivido desde el arranque de la actual administración.

Lo primero: hay una crisis inducida por el Gobierno al parar la construcción, frenada por la burocracia y nueve meses de incertidumbre y parálisis de la obra pública.

Luego el crimen y la inseguridad. Ciudades enteras acechadas por asesinatos, extorsión y asaltos. Alguien comentó la tragedia viva del corredor industrial. Irapuato, Salamanca y sobre todo Celaya, hundidas en la desconfianza y el cierre de negocios como la Ford en Celaya, ametrallada la semana pasada.

El giro más luminoso fue el del campo. La agroindustria va sólida y creciendo; las hortalizas de exportación aumentan por la demanda en Estados Unidos.

De las muchas sombras para Guanajuato: la venta de autos baja el 18% durante agosto, el doble del 9% de reducción en el resto del país. Los autos “premium” no se venden por la sensación de inseguridad. Incluso hay clientes que ya se fueron de Celaya, Salamanca e Irapuato, temerosos de su integridad personal y la de sus familias. Pero tienen la esperanza de una mejoría en el último trimestre.

En general todos mostramos una disposición a invertir.

Un representante de un banco dedicado a las divisas y derivados dijo que el año iba bien porque sus clientes compran divisas o derivados para asegurar el precio del dólar en el futuro.

Otro empresario de una SOFOM mencionó la gravedad de las nuevas leyes fiscales con la extinción de dominio. “Si prestamos y por alguna circunstancia le quitan la propiedad a nuestro acreditado, nos vamos a quedar sin cobrar.” (Continuará)

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