Siria.- La semana pasada, el gobierno de los Estados Unidos confirmó que el líder del Estado Islámico, Abu Bakr Al Baghdadi, murió al hacerse explotar en un túnel, luego de una redada en la ciudad siria de Idlib, cerca de la frontera con Turquía.
La operación fue precedida por una serie de bombardeos, mismos que causaron destrozos en el bunker donde se escondía el autoproclamado califa de todos los musulmanes.
Pues cuando el fotoperiodista sirio Fared Alhor se acercó a los escombros para tomar fotografías, se sorprendió al descubrir a un pequeño cachorro llorando junto al cadaver de su madre, que sí falleció durante el ataque.
Incapaz de dejar al perro en ese desolado lugar, donde seguramente hubiera muerto de hambre, Fared lo tomó y lo llevó a un lugar seguro, a pesar de que eso implicaba transportar al animal en su motocicleta a través de casi cincuenta kilómetros de desierto frío, entre la lluvia y los puestos de vigilancia de los rebeldes que luchan en la Guerra Civil Siria.
A pesar de todo, Fared pudo rescatar al can, aunque en primera instancia, pretendió dejarlo con un amigo suyo, cuya perra recién había tenido una camada. Pero finalmente no se pudo separar del animal, y terminó por adoptarlo.
Lo nombró Bobe y lo llevó a una veterinaria local para conocer su estado de salud y vacunarlo. Asegura que no tiene mucho dinero, pero que hará lo que pueda para que no le falte comida ni techo a su nuevo compañero de vida.
Necesito apoyo para asegurarle comida y una nueva casa, pero tendrá una buena vida, nos asentaremos, el y yo”, aseguró Fared.
Con información de CNN.