Bolivia.- Policías que custodian los exteriores del palacio presidencial en La Paz se replegaron el sábado a sus cuarteles y los manifestantes ingresaron pacíficamente hasta las puertas de la casa de gobierno en medio de una crisis policial que estalló la víspera.

El presidente Evo Morales no se encontraba en su despacho.

La crisis política derivada de las polémicas elecciones del 20 de octubre, en las que Morales se declaró ganador en medio de señalamientos de fraude, detonó un motín policial en varias regiones la noche del viernes.

La rebelión policial se trasladó el sábado a la capital política del país. La Paz quedó sin patrullaje en las calles y con los agentes del orden replegándose a sus cuarteles.

 

Algunos elementos de seguridad marcharon junto a los manifestantes. FOTO: AP

Ello obligó a que fueran evacuados los funcionarios del edificio presidencial, que sólo quedó bajo custodia de la guardia presidencial militar en sus interiores. Minutos después, los manifestantes abandonaron la plaza de armas pacíficamente y se apostaron fuera de las barras de protección.

Desde que estalló la crisis tras los comicios, tres opositores han muerto en violentos enfrentamientos callejeros con seguidores del mandatario y más de cien resultaron heridos.

Desde el viernes en la noche, los manifestantes opositores que reclaman nuevas elecciones y la renuncia de Morales optaron por no enfrentarse con la policía y, por el contrario, los alientan a amotinarse y les entregan refrescos.

Un policía con el rostro cubierto dijo al momento de ingresar a su cuartel: “vamos a frenar a este gobierno dictador”.

En Santa Cruz, al oriente, bastión opositor, policías amotinados salieron a marchar por las calles acompañados de manifestantes opositores.

Los amotinados reclaman mejoras salariales, mejores condiciones de trabajo y la renuncia de su comandante. En uno de sus pedidos demandan “independencia política para no ser instrumento de ningún gobierno”.

 

Un cordón policial protege la casa de gobierno, horas antes de que decidieran retirarse a sus cuarteles. FOTO: AP

Morales ya denunció un complot de los opositores para derrocarlo desde que comenzaron las protestas tras los polémicos comicios. El mandatario dijo el viernes que no renunciará como piden los opositores movilizados.

Por su parte, el líder cívico de la oposición Luis Fernando Camacho, respaldó a los policías amotinados.

Están apoyando a su pueblo, todos queremos la unidad, la pacificación del país y la defensa de la democracia”, señaló.

Por su parte, el expresidente Carlos Mesa, segundo en los comicios según en los cómputos, rechazó las acusaciones de golpe de Estado y dijo que el gobierno “está dando la espalda a una solución pacífica que está en sus manos. Es el gobierno que está condenando y está arrastrando al país a una salida desastrosa”, agregó a los medios.

Tras 14 años en el gobierno, Morales llegó con la popularidad mermada a los comicios para optar por un cuarto mandato. Escándalos de corrupción, su afán de reelegirse a pesar de un referendo que le negó esa posibilidad y acusaciones de autoritarismo, debilitaron su capital político a pesar de su buena gestión económica que condujo al país andino hacia el crecimiento con baja inflación.

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