Podría leerse en algunos círculos que a todo el grupo mexicano que negoció el TMEC se lo chamaquearon los norteamericanos o podría leerse también que han sido presas de un agandalle feo, de una chicanada muy al estilo Trump, algo que, de alguna manera, se venía venir. Cada quien es libre de creer lo que le plazca, poco importa ya.

Primero, los hechos, en el mamotreto ratificado en friega por el Senado mexicano no se incluye en ningún lado la figura de “inspectores extranjeros”, nunca se firmó ni se acordó eso, jamás. Lo que sí se incluye es el mecanismo de resolución de conflictos mediante paneles, una práctica muy usada en el mundo y que en el viejo TLC no quedaba claro y parecía, más bien, un ornato.

De acuerdo a lo firmado y en una síntesis muy básica: si hubiese un conflicto entre las naciones por considerar las prácticas laborales de alguna empresa violatorias al acuerdo (maltrato laboral, abuso, coerción para que no se formen sindicatos libres, etc.) se abre un mecanismo de resolución en donde un país decidirá a los panelistas del otro país, así, tal cual, México, por ejemplo, escogería a los panelistas norteamericanos y Estados Unidos a los mexicanos, luego la resolución final se haría por expertos de un tercer país ajeno a los de la controversia.

Los famosos “inspectores laborales” serán legalmente agregados laborales de la Embajada norteamericana y, ciertamente, no podrían operar de manera abierta en el país realizando, por ejemplo, inspecciones sorpresa a las empresas mexicanas.
Pero del dicho al hecho hay un camino muy largo de ingenuidades, máxime si pensamos que los agregados gringos estarán sentados tranquilamente leyendo periódicos en sus oficinas y asistiendo a eventos culturales. Saben operar y van a operar para ser lo que les han mandatado ser: inspectores.
Ciertamente, México podría rechazar a los cinco enviados por Trump y, en una de esas, hasta negarles el acceso al país, viéndonos más chauvinistas podemos, incluso, señalarlos como non gratos, enemigos de la nación y bla, bla, bla, bla& ¿neta?
¿Cómo reaccionaría el visceral Trump que no repara en provocar una crisis económica mundial con sus manotazos versus China cuando el vecino se le ponga al brinco?

Nunca se firmó ni se acordó nada sobre inspectores, cierto, pero solo hacía falta leer las intenciones de la contraparte con menos cartilla moral y más colmillo.
Con todo y los inspectores, mejor que tengamos tratado a tirarnos al abismo de la incertidumbre, nos guste o no, nuestra economía, hoy por hoy, depende de los güeros.

De colofón

Tienen razón en estar estresados los estudiantes, merecen respeto, pero nunca menos presión, las vejaciones sobran y se condenan, pero la carga académica podría ser muy necesaria para la excelencia& Muchos de sus padres también andan estresados por el tema de las colegiaturas, salvo los muy honorables becados, claro.

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *