CDMX.  Las tragedias no paran, ya que después de que se diera a conocer como Melitón de oficio albañil, al igual que sus dos hijos, horas antes a la tragedia del tren habían celebrado a la Santa Cruz, pero nunca imaginaron que no regresaría juntos a casa.

A unas horas después de la tragedia, Salvador de 17 y Adán de 21 años,  ambos hijos de Melitón narran como fueron esos momentos cuando colapsa el tren y después lo que vivieran, siendo una verdadera pesadilla, pues nunca imaginaron días después estar velando a su papá.

Ambos hermanos viajaban en asientos contiguos la noche del lunes en el cuarto vagón del Metro que se cayó el lunes por la noche entre las estaciones Olivos y Tezonco.

Del otro lado del tren, también sentado, iba Melitón. A las 22:22 horas escucharon un estruendo y luego un golpe fuerte, seco, que los precipitó al frente del vagón. No tuvieron tiempo de sujetarse de los tubos y todos los que iban en el vagón se apilaron en una montaña humana, uno sobre otro.

Todo pasó en tres segundos, veníamos en el tren y de repente se sintió como si hubiéramos chocado contra algo, luego luego se apagó la luz” recordó Salvador.

Salvador y su hermano quedaron encima de varios de los usuarios sin saber lo que ocurría. Pensaron que había chocado el tren, que había ocurrido un terremoto, no tenían claro lo que pasaba.

“Nadie tenía noción de lo que había pasado, no sabíamos si se había caído o si habíamos pegado contra algo, no sabíamos que había pasado. Todos los pasajeros desde atrás hacia adelante se recorrieron al momento del golpe. Todos contra todos chocamos, se hizo una bolita en el momento del golpe, todas las personas quedamos en una montaña”, contó.

Se levantan y como pueden salen

Instantes después, adoloridos, pudieron levantarse, esquivando cuerpos, algunos de ellos inertes y otros aún tendidos dentro del tren tratando de ponerse de pie.

Había personas sin moverse como 10 a 15, pudimos salir caminando como cinco o siete personas. Yo y mi hermano pudimos salir caminando”, relató.

A Melitón lo perdieron de vista, ya no supieron dónde quedó. Los servicios de emergencia llegaron y a Salvador lo trasladaron a un hospital distinto que al de Adán.

“Yo no supe a dónde trasladaron a mi papá ni a mi hermano, supe de ellos hasta ayer. Yo tuve lesiones leves, no de alto riesgo, me duele todo el cuerpo, mi hermano tiene un derrame en el ojo”, narró.

Los dos hermanos fueron dados de alta en el transcurso del martes y entonces se enteraron que su padre había fallecido en el Hospital del ISSSTE de Tláhuac, por la gravedad de las heridas que sufrió.

El padre y los dos hijos se dedican a la albañilería y regresaban de trabajar de una obra en la capital del país.

Por esa línea del Sistema de Transporte Colectivo se trasladaron en la mañana a la construcción y por esa misma retornaban a su casa ubicada en el poblado de San Juan Tezompa, perteneciente a Chalco, cuando ocurrió el accidente.

Velan a su padre

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México les entregó el cuerpo de Melitón a sus familiares, quienes lo velaron en su humilde domicilio de la comunidad chalquense. Otros seres queridos, amigos y vecinos se unieron al dolor de la familia.

En el patio del inmueble fue colocado el ataúd, coronas de flores rodearon una fotografía del padre de siete hijos y a una cruz que estaba cerca de su cabeza.

Hasta ahora los deudos de Melitón no han recibido ayuda de las autoridades de la Ciudad de México ni del Estado de México.

“Es un dolor, es un coraje que uno siente de no tener respuestas en este momento, hasta ahora solo nos ha ayudado la fiscalía y Ministerio Público con la funeraria y de lo demás de la indemnización y los gastos médicos que surgieron claro que tienen que respondernos, claro que tienen que resolver esto para todos las personas que son afectadas de este suceso”, expresó Elizabeth, otra de las hijas de Melitón.

 

Con información de El Universal

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