¿Cuál es el mejor negocio del mundo? Hay una respuesta definitiva si pensamos en el presente, en el ¡HOY, HOY, HOY! Recordemos el grito de Vicente Fox para ubicarnos. Si volteamos al pasado, vamos a decir dos años atrás, fue Tesla y si retrocedemos diez años, seguro que pocos negocios pudieron producir tantas ganancias como el Bitcoin.
Si regresamos 120 años, el mejor negocio fue el petróleo, como lo asegura López Obrador. John D. Rockefeller, dueño de la Standard Oil Company, tenía el monopolio de la energía en Estados Unidos. Pocos saben que la familia Rockefeller obtuvo tanta riqueza de los bienes raíces como del petróleo. La isla de Manhattan en Nueva York les dejó mas dinero que el petróleo.
Para los árabes ha sido fuente casi inagotable de riqueza. Países como Catar o el emirato de Abu Dhabi cuentan con los ingresos más altos por habitante en el mundo. Sin embargo distan mucho de tener el mejor negocio para siempre. Eso sí, pueden tener la riqueza petrolera que les generó y generará durante algunos años más un ingreso significativo.
Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo y de gas en el mundo, sin embargo vive en la miseria porque la infectó la pandemia del populismo. Noruega tiene lo que le falta a Venezuela y a los ricos árabes: educación. Han sabido administrar la abundancia, esa que en México hemos dilapidado por creer que era el mejor negocio del mundo.
Suiza, Singapur y Luxemburgo gozan de los mejores ingresos por habitante de las naciones que no tienen petróleo. El país con los mejores negocios del mundo es Estados Unidos. Apple, Google, Microsoft, Facebook, Amazon y Tesla y una constelación de empresas de tecnología valen mucho más que todas las petroleras norteamericanas juntas. (Se cree que Tesla es más una empresa de software y tecnología que industrial)
Por tanto hoy el mejor negocio del mundo es el conocimiento, cimiento de las economías desarrolladas; presente y futuro de la generación de riqueza más grande que jamás haya visto la humanidad. A veces tenemos en nuestras manos ejemplos de extraordinarios negocios basados en el saber. Todos usamos Whatsapp, ese instrumento que nos permite transmitir mensajes, videos y ahora tener llamadas individuales o conferencias sin costo. Quienes lo crearon fueron media centena de programadores que vendieron su producto intelectual a Facebook en 19 mil millones de dólares.
El petróleo fue el mejor negocio durante alguna época pero hoy no lo es y ya no lo será porque resulta más económico consumir energías renovables.
En Palacio alguien le dio la frase al Presidente para justificar la compra de la refinería Deer Park de Houston. Al país le ha ido muy mal cuando apuesta por la riqueza natural y no por la intelectual, por la educación y competencia de sus ciudadanos.
Para los hombres como para las naciones, la riqueza está en el trabajo, el ahorro, la inversión y la innovación.
Alguna vez le dijeron a Carlos Salinas de Gortari que México tendría ventaja en el TLC por sus bajos salarios. El entonces presidente contestó: “si la competitividad de un país fueran los salarios bajos, Haití sería el más competitivo del mundo”. Salinas tendrá muchos defectos, pero nadie puede objetar que es un hombre preparado, tanto, que su diseño neoliberal del país con el comercio abierto permitió despetrolizar nuestra economía.
El mejor negocio es el conocimiento en mercados abiertos.