¿Cuántas niñas y niños tendrían que morir por coronavirus para que el Gobierno federal se tome en serio el asunto? Hasta ahora van 595 menores fallecidos de los 57 mil 490 contagiados, aunque esos son sólo los registrados oficialmente.

Preocupa que las decisiones de salud púbica se tomen al tanteo de Andrés Manuel López Obrador, quien se basa en el caso de su propio hijo -que afortunadamente no tuvo síntomas ni complicaciones- para decir que la cosa no es para preocuparse. Se suple la evidencia científica con la anécdota personal.

El colmo es que Hugo López-Gatell es presto para darle por su lado al mandatario, al decir que “no existe evidencia científica” de que los menores requieran vacunas… pese a todas las pruebas que ya se conocen en Europa y Estados Unidos.

Ojalá que alguien en la 4T se anime a explicarle el optimismo oficial a los deudos de los 14 niños y niñas que han muerto en Tabasco, 31 en Oaxaca, 39 en Nuevo León, 41 en Puebla, 40 en la Ciudad de México y el resto de los 595 fallecidos que tenían nombre, apellido y todo un futuro por delante.

 

Enfocando las baterías hacia la próxima legislatura que promete ser muy interesante, los priístas mexiquenses eligieron a su coordinador para San Lázaro. Se trata de Gustavo Cárdenas, que para efectos prácticos será el lancero de Alfredo del Mazo en la Cámara de Diputados, luego de que el PRI logró recuperar un buen número de curules federales.

A nivel local, el elegido fue Elías Rescala, el ex subsecretario de Gobierno, lo que hace pensar que los priistas decidieron guardar los cuchillos y van a jugarla sin estridencias para el cierre del sexenio. A ver qué tal.

 

El gobernador Miguel Barbosa, él solito, se puso la vara muy alta con el tema de Mario Marín. El morenista afirmó que “muchos empresarios y hombres de poder” conocen las historias negras del góber precioso y que deberían hablar para que se investiguen.

Si lo dijo en serio, podría empezar por llamar a declarar al consejero jurídico del estado, Ricardo Velázquez Cruz, pues es de los que se han quedado callados. Algo sabe pues ocupó el mismo cargo en el gobierno de Mario Marín y que, por si fuera poco, fue su abogado defensor en el litigio contra la periodista Lydia Cacho. Que hable y no calle para siempre.

 

No fue a Tláhuac para apoyar a las víctimas de la Línea 12, porque dijo que no es su estilo. No aceptó ir a Aguililla, para no hacerle el caldo gordo a la prensa amarillista. Pero, eso sí, el viernes viajará hasta Badiraguato, quesque para supervisar una carretera. Contrario al resto de sus giras, la visita a la tierra de “El Chapo” Guzmán y, casualmente, del gobernador electo Rubén Rocha, será privada, por lo que no se permitirá el acceso a la prensa. ¿Abrazos, no paparazzos?

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