León, Guanajuato. Hace doce años, el grupo de amigos conformado por Tomás Castelazo, María de Lourdes Gómez Bulle, Pilar García Plasencia y Claudia Verdín, salían todos los domingos por la mañana a cazar fotos, se iban a desayunar y compartían las imágenes que habían tomado. 

Así nació el NÓMADA Colectivo Fotográfico, que con más de 8 mil miembros, cierra una etapa con la exposición “Fotrospectivas”, en el Museo de la Ciudad de León, que durante 10 años dio espacio a las muestras de estos amantes de la fotografía que cambiaron la forma de ver esta expresión artística en la ciudad. 

En esta última exposición se albergan 81 obras de 53 expositores que podrán apreciar en el recinto hasta enero del 2022

Cuando fue creciendo vimos que podía trascender a otro lado y creamos un grupo en Facebook en el que se fue uniendo cada vez más gente, muchos amantes de la foto, profesionales y amateur, al grado que llegamos a juntar a alrededor de 8 mil miembros”, contó Pilar. 

Cada año, el Museo de la Ciudad dio espacio a la muestra que ofrece una temática libre, pues se busca que sea incluyente y que todos puedan integrarse. Para participar en la exposición se hace una convocatoria abierta y curaduría de expertos para que la selección de las obras participantes sea objetiva. 

Agradecer a Gerardo Partido, director del museo por darle a la fotografía un lugar porque no se apreciaba como una forma de arte y ahora nos ven de otra forma y abre la puerta a otros colectivos que están activos y para fotógrafos que se han iniciado en este mundo”, externó Pilar García. 

Tomás Castelazo destacó que sin querer, lo que inició como una salida de amigos se convirtió en un movimiento y se hizo una manera de compartir la fotografía con otros fotógrafos. 

Lo interesante de todo esto ha sido que cambiamos la manera de hacer fotografía para mucha gente porque se aprende compartiendo; los que saben enseñan y los que no saben preguntan. Se dió una dinámica interesante de aprendizaje y refuerzo mutuo”, comentó el fundador. 

Para María Gómez, su vida tiene un antes y después de la fotografía y compartió sentirse nostálgica de saber que es la última exposición pues ha sido un trabajo apasionante en el que cada uno se ha entregado a su modo. 

“Me salvó la vida y no de que estuviera muriéndome, pero una cosa es estar deprimida meneando la cazuela y otra cosa estar en la calle con la cámara y de las cosas que agradezco es la cantidad de amistades de corazón que se han hecho en este colectivo”, expresó.

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