León, Guanajuato – Don Javier Martínez es un conocido “viene, viene” en la colonia Arboledas, que se quedó desempleado, su esposa falleció y ahora se refugia en su nuevo trabajo todos los días, sin descansar.
Su gentileza le ha ayudado a que las marchantas, proveedores de productos de las tiendas, comerciantes y vecinos saben lo ocupen para cuidar carros, cargar bolsas y hasta cruzar a los adultos mayores y con eso saca para alimentar a su familia.
Desde hace dos años don Javier perdió su trabajo y a falta de empleo decidió dedicarse a cuidar los carros de la zona; pidió permiso a todos los vecinos que tiene cochera para que los miércoles de tianguis puedan estacionar sus vehículos y de esta manera ganarse la vida, los vecinos son accesibles con él.

Yo tengo ya dos años aquí, dejé mi trabajo en una fábrica que tenía porque hubo unas cuestiones que no iban conmigo y la verdad prefiero ganarme la vida así con lo que hago, muchos de los que vienen ya me conocen, les cuido sus coches y a mi me gusta mucho ayudar a las personas de la tercera edad a cruzar la calle, luego me andan dando pero ese favor yo lo hago con mucho gusto”, platicó don Javier.
La gente de la zona lo conoce por su amabilidad, por ser respetuoso y por su servicio de ayudar a las personas que menos pueden, todos dicen que siempre regala una sonrisa, pero ahora con el cubrebocas ya no se le ve.
A don Javier se le muere su esposa y se refugia en el trabajo todos los días

Para don Javier, la pandemia ha sido un año difícil, su trabajo no le ha dejado las ganancias como antes, su esposa falleció pero él mantiene el ánimo ante esta situación, ya se vacunó y se cuida los suficientemente para salir a trabajar de 7 de la mañana a 3 de la tarde lunes a domingo, para él no hay descansos.
La última vez me enferme bien feo, deje de venir como 20 días, no, la gente estaba bien preocupada por mi, ya cuando regresé me preguntaban que qué había pasado, que no me veían, pero ya les explicaba y siempre me decían que me cuide mucho, no se diga las señoras mayores cuando las ayudó a cruzar nunca me falta un “que Dios lo bendiga”, relató don Javier.
PCCD