AM.- Kimberly Irene de “Las Perdidas” ya está en León tras haber sido hospitalizada por complicaciones en su cirugía de busto y la lipoescultura que le realizaron en San Luis Potosí.
Notablemente conmovida, la youtuber agradeció al médico cirujano Ángel Franco, a su familia, y aseguró que comenzará una nueva vida tras ese episodio.
Todo esto, debido a una complicación en el postoperatorio, debido a la abstinencia de bebidas ilícitas que consumía “La más preciosa”.
Es importante que sepan que lo que está cursando Kimberly es un síndrome de abstinencia y sin que ella nos dijera estuvo consumiendo alguna sustancia que no es buena para la salud”, añadió.

El médico aseguró que ingirió la sustancia por última vez, antes de acudir a su procedimiento: “No nos enteró al equipo quirúrgico, incluso se le preguntó específicamente en la historia clínica, ella lo omitió”, explicó.
Kimberly Irene ya en casa
Visiblemente delgada, Kimberly agradeció a través de una transmisión en vivo, a todos aquellos que se preocuparon por su salud.
A su regreso, fue recibida con globos, porras y las lágrimas de su madre quien le decía: “No llores mijo”.
Ya en transmisión, Kim explicó su proceso y prometió presumir su nuevo busto
No es que les haya ocultado algo, les agradezco a Wendy si hizo un video, y estoy de regreso en la casa. Todo está bien, mis bubies próximamente se los voy a presumir, y mi cabello, y esperen más contenido de Kimberly”, dijo.

Kimberly señaló que aún siente mareos, por lo que estará desconectada de las redes.
Les hago este video cortito para que estén al pendiente (sic); Wendy, Marce, me van a ayudar a hacer videos cortitos. Estoy viva, muchos habían dicho que ya me había muerto, pero no, aquí estoy”.

En la transmisión, sus amigos reportaron que en un mes estará de vuelta “en las andadas”.
Estamos supervisando todo para que pueda reactivar sus actividades, ahorita está contenta, emocionada por regresar, tiene vestuarios que no se imaginan, se van a sorprender. Ella les está preparando sorpresas, pero les pido que tengan paciencia”, dijo Toño, el amigo que supervisa su alimentación.