Este año, la Universidad Nacional Autónoma de México en León, la ENES (Escuela Nacional de Estudios Superiores) Unidad León, cumple 10 años. Para quienes somos egresados de la UNAM y también para nuestra ciudad, es un motivo de orgullo tener aquí a la “máxima casa de estudios del País”. Quizá pocos sepan que este proyecto, fue promovido hace 20 años por un grupo de leoneses, aglutinados en la asociación “Primero León”, para después ser la conjunción de voluntades, de la propia UNAM y de los gobiernos estatal y municipal, pues no hay otra manera de orquestar lo bueno, sino sumando lo disponible.
Pude vivir esta dinámica junto con Arturo Lara, entonces Rector de la Universidad de Guanajuato, por ser su servidor, Rector de la UTL. Se acordó lo que tocaba a cada parte: terrenos, convenios presupuestales -e internamente en la UNAM, las aprobaciones en organismos colegiados, trámite tan complejo en instituciones democráticas- y convocando a quienes somos exalumnos viviendo en León, preponderantemente del área de la salud. La selección inicial de los terrenos también fue clave para romper el paradigma de que “hacia el sur no se podía crecer”. Así, que los terrenos donados se ubicaron allá por la Casa de Oración del Lux.
Son 4 las ENES en todo el País de la mayor institución educativa del País, la que no se merece las críticas del Presidente AMLO, la que ha sido creadora de espacios plurales y tolerantes en medio de tantos fanatismos ideológicos. Sí, la institución que aún con huelgas y conflictos, ha podido capotearlos para generar la mayor cantidad de investigación de calidad y que abre sus puertas gratuitas a las mayorías. La UNAM, ha tenido claro que no está peleada la cantidad con la calidad, por lo que en las últimas décadas fue dejando de paso los conflictos sindicales y paros estudiantiles para incrementar la calidad académica medida en rankings internacionales, honrando al Presidente Salvador Allende, quien afirmaba en su visita a México que “el revolucionario debe ser, primero que nada, un buen estudiante”.
La UNAM en León significó abrir una oferta educativa que no existía (al final, eso hace la pertinencia de una nueva institución), pues la odontología, la fisioterapia, el desarrollo regional, eran necesarios tanto como la medicina, cuando los estudiantes del Bajío deben emigrar hacia otras latitudes. Atrajo también a académicos con experiencia y a estudiantes de todo el País, confirmando que León es una ciudad universitaria, donde el 35% de su matrícula es hoy de jóvenes foráneos que tienen en la gratuidad un estímulo para transformar su vida.
Considero que las universidades públicas son el principal patrimonio que tiene México para incrementar el acervo cultural y científico; su autonomía fue creada para que no fuera presa de ideologías o de grupos políticos. Por eso, ya sea en embates de un gobierno o de otro, como ahora lo hace el Presidente AMLO, toca estar junto a la universidad pública, pues frente a la reducción presupuestal, viene la gestión de proyectos que generen ingresos, la optimización de los recursos, la articulación con la industria y la sociedad e incluso la formación de un Patronato local para incrementar sus capacidades.
León y su zona de influencia tiene enormes necesidades que cubren las universidades públicas; tenemos enfrente una realidad que requiere cerrar las brechas sociales y lograr la transición ambiental para hacer sustentable al ecosistema. Hoy, ya la matrícula universitaria pública supera a la privada en León, cuando en el pasado era lo inverso. La infraestructura académica en bibliotecas, laboratorios y cuerpos académicos que se logra gracias al presupuesto, son este patrimonio que trajo la UNAM a León y que deberá crecer más. Matricularse en la UNAM es una experiencia maravillosa. Contemplar sus edificios y vivir su diversidad, es un regalo de la vida para quienes provenientes como yo de la educación privada, teníamos una versión parcial. Por eso, el reconocimiento y el apoyo que en múltiples formas debemos tener para la ENES. Ya en donativos, ya en vinculación, ya como ahora, en defenderla de las críticas externas.
La UNAM ha sido el principal espacio de crítica a las desigualdades sociales y a los malos gobiernos; desde ella salimos a las calles a protestar al zócalo y a la Plaza de las Tres Culturas en la Ciudad de México. Orgulloso de que mi hija endodoncista diera clase en odontología en la ENES y agradecido de que sus directivos me invitaran a dar una charla a estudiantes en el evento de su aniversario. Sus enormes espacios físicos, sus reconocidos académicos y sus entusiastas estudiantes son un presente para confiar en que nuestro hermoso mundo tiene futuro.