Ante las limitaciones de lugares para estudiantes de Derecho de primer ingreso en la Universidad de Guanajuato allá por el año de 1969, quienes egresábamos de la Escuela Preparatoria de León, así como de muchas otras en todo el Estado, se implementaba un examen muy riguroso que servía para cernir y justificar la gran demanda que había de aspirantes y admitir solamente a noventa jóvenes, reservando algunos lugares extras para los recomendados de funcionarios, políticos y personajes influyentes. De esta manera muchos de los egresados de la Preparatoria Oficial local y de otras particulares habríamos de emigrar hacia otras latitudes donde hubiera universidades con suficiente espacio para admitir las aspiraciones naturales de superación.
Tal fue el caso de Juan Antonio Barrón quien decidió ir a buscar fortuna en la Universidad Autónoma de Zacatecas “Francisco García Salinas”, donde ingresó, cursó la carrera y obtuvo su título de Licenciado en Derecho. Allá se abrió paso y se desarrolló profesionalmente como Maestro en Derecho Laboral y Mercantil, pero también como sobresaliente litigante, representando a instituciones bancarias y al INFONAVIT.
Al encontrar el éxito profesional por aquellos lares, no dejaba de visitar su terruño querido, su ciudad natal León, Guanajuato y llegaba a la casa de su señora madre y de sus hermanas aquí en la calle Altamirano a unas cuantas casas de la plaza San Juan de Dios, su barrio querido; llamaba a sus ex compañeros de la Preparatoria para saludarlos y verlos en algún sábado o domingo, días festivos o en las vacaciones de Semana Santa y decembrinas.
En Zacatecas también encontró el amor y contrajo nupcias con la Licenciada María Rosa De Loera, una destacada abogada que trabajaba en el Poder Judicial Federal en un Juzgado de Distrito; con ella formó un hogar en el cual procrearon a tres hombres y una mujer, cuatro hijos que al igual que ellos también abrazaron la vocación de la Abogacía.
Aquí durante su época preparatoriana había dado muestras de su liderazgo, pues aunque fue secretario de la Sociedad de Alumnos, tuvo que llenar con creces el vacío que dejaba por su apatía e inactividad, quien fuera presidente de esa Sociedad de Alumnos, de tal manera que todos los eventos culturales, deportivos y festejos los coordinábamos con Juan Antonio Barrón Alatorre y los demás miembros de la Directiva.
En varias ocasiones fuimos invitados a su toma de posesión como Presidente del Colegio Estatal de Abogados en Zacatecas, ya que lo fue en diversos periodos; también nos invitaba anualmente a los foros, conferencias y simposios que organizaba el Tribunal Superior de Justicia de Zacatecas, donde participaba y era muy reconocido como buen abogado. Allá ha procurado que lo identifiquen por su oriundez de esta ciudad de León, a grado tal que cuando construyó su residencia la adornó en cada extremo con sendos leones emulando nuestro Arco de la Calzada.
Ahora que se encuentra convaleciendo de algunas afectaciones a su salud, el próximo día 5 de noviembre a las 17 horas se rendirá un homenaje a su trayectoria en aquél Estado, precisamente en el Auditorio del Palacio de Justicia del Poder Judicial del Estado de Zacatecas, que en conjunto con la Barra de Abogados del Estado de Zacatecas A.C., le ofrecen a nuestro coterráneo; lo más sorprendente y de trascendencia en nuestro ámbito de quienes ejercemos la carrera de abogados, resulta el que sean los miembros del Poder Judicial, Jueces y Magistrados, quienes reconozcan la labor de un abogado litigante con 50 años de ejercicio profesional, por su actuación digna, honesta y de rectitud acrisolada en toda su trayectoria profesional, algo pocas veces visto en nuestro ambiente jurídico.
Quienes fuimos compañeros de Juan Antonio Barrón Alatorre nos congratulamos de este gran logro e invitamos a todos aquellos que lo tengan en estima para que puedan acudir a dicho evento, especialmente a quienes cursamos la enseñanza preparatoria con él. Honor a quien honor merece.