Julio Cortázar dejó una marca imborrable en la vida de Claudia Piñeiro. A través de sus cuentos ella se convirtió en una ávida lectora adolescente, y ahora, varias décadas después, la escritora argentina le rinde un homenaje a uno de los grandes maestros de la literatura en español en un libro que de alguna manera recuerda a “Rayuela”.
Cortázar “hizo una gran entrada a la lectura para los adolescentes. Muchos de nosotros entramos a la lectura por los cuentos de Cortázar, tiene cuentos que uno sigue recordando”, expresó Piñeiro en un intento de explicar el impacto que tuvo en ella su compatriota, fallecido en 1984.
“Y la novela viene por eso, como agradecimiento por haberme iniciado en un camino, el de la lectura”, explicó la escritora refiriéndose a su más reciente publicación, “Un comunista en calzoncillos”, que acaba de presentar en la Feria Internacional del Libro de Miami.
Ese agradecimiento no sólo es verbal sino que tiene un sello propio en el libro de Piñeiro, de 53 años.
La novela, que intercala elementos autobiográficos con pinceladas de ficción, aborda la relación de una niña que está entrando a la adolescencia con su padre.
“Un comunista en calzoncillos” relata lo que para esta niña representa la figura paterna, la complicidad que existe entre ambos, los celos de la pequeña. Elementos cotidianos de la vida de la niña, de su entorno familiar, escolar y de amigas, se entremezclan con recuerdos de una época en la que muchos de los argentinos no se atrevían a hablar de ciertas cosas por temor a ser arrestados y desaparecer.
Ambientado en la Argentina de los años 70, cuando una junta militar toma el poder para permanecer hasta 1983, el libro le propone al lector que sea él quien elija la forma en que quiere leerlo: de corrido, o siguiendo el orden que indican los epígrafes, para intercalar así ficción, documentos, recortes de diarios y fotografías de la vida real.
En “Rayuela”, una de las obras cúspides de Cortázar, el lector también puede optar entre leer de corrido o seguir el orden indicado al pie de cada capítulo, es decir que tiene posibilidades de lecturas diversas.
A lo largo de sus 194 páginas, Piñeiro incluye también parte de esa influencia que le dejó Cortázar a través, por ejemplo, de algunos párrafos de un diálogo extraído del libro “Historias de cronopios y de famas”.
Piñeiro, que se hizo más conocida en 2005 con “Las viudas de los jueves”, había escrito anteriormente la novela “Elena sabe” pensando en su madre y el mal de Parkinson que la aquejó durante años. Pero ahora sentía la necesidad de escribir también algo sobre su padre, quien la incentivó en su niñez a que leyera y fuera escritora, y quien murió cuando ella tenía 26 años.
“Empecé a recordar determinadas anécdotas y ahí empecé, pero al hilvanar esos recuerdos en un cuento literario necesité también inventar cosas y agregarle ficción”, manifestó la autora de obras como “Tuya” y “Bebitú” en una reciente entrevista telefónica con The Associated Press. “Hay muchísimo de autobiografía, pero también hay parte de ficción”.
Entre los elementos autobiográficos fáciles de descifrar están la portada: una foto de Piñeiro de niña tomada de la mano de su padre, saltando olas. Otras fotos de la familia también fueron incluidas en la segunda parte del libro, llamada “Cajas chinas”, donde aparecen documentos y recortes de diarios, entre otros elementos reales.
Lo demás, quedará por cuenta del lector deducir qué es ficción y qué es realidad.
Piñeiro, quien escribió el libro a lo largo de un año y medio, asegura que piensa en su lector cuando escribe, pero no sabe quién es.
“No le pongo edad ni características particulares, ni género ni nada. Sé que me estoy comunicando con alguien, pero no lo tipifico a ese alguien y no sé quién es”, dijo la escritora cuando la AP le preguntó quién es el lector al que le escribe.
Poco tiempo después de haber lanzado su novela, Piñeiro recibió un mensaje en su cuenta de Facebook de un lector que le contaba que había comprado una edición especial por los 50 años de “Rayuela” que por error traía intercaladas algunas páginas de su libro “Un comunista en calzoncillos”. El hombre, le comentó que se iba a comunicar con la editorial para que se lo cambiaran, pero ella le pidió que por favor le enviara ese libro porque tenía un significado especial.
“Era bastante mágico que mi novela hablaba de esos saltos cortazianos y luego aparece un libro donde están mezcladas mis páginas con ‘Rayuela”’, recordó la escritora. “Así que lo tengo en un lugar privilegiado de mi biblioteca … me pareció como mágico. Esas cosas sólo pasan con Cortázar”.
Claudia Piñeiro homenajea a Julio Cortázar
La escritora argentina asegura que Cortázar le dejó una marca imborrable, a través de sus cuentos se convirtió en una ávida lectora adolescente.