El presunto abuso en el consumo del alcohol combinado con la oscuridad de la noche, provocó que un joven cayera a una fosa.
A decir de su acompañante de nombre José, no supo en que momento su amigo caminó sin rumbo fijo mientras él preparaba una pequeña fogata.
El hecho ocurrió la noche del miércoles, en una de las ladrilleras de la colonia Anáhuac, donde hace poco más de una semana asesinaron a un joven.
Javier Rodríguez Bonilla, de 23 años de edad, con domicilio en la colonia Nezahualcóyotl, en Silao; decidió ingerir bebidas alcohólicas con su amigo José en el lugar equivocado.
Y es que luego de haber estado conviviendo poco más de dos horas y tras haber preparado una pequeña fogata, optó por regresar a casa, pero nunca pensó que terminaría en un hospital.
El estado de ebriedad de Javier le produjo una mala visión, pues únicamente se alejó cerca de tres metros de la fogata, cuando repentinamente cayó a una fosa, que se usa como horno para la elaboración de ladrillos.
Así pues, el estruendo de su cuerpo al caer de poco más de tres metros e impactarse contra el suelo alertó a José, quien de inmediato corrió a pedir ayuda y se comunicó al 066.
Minutos después, preventivos corroboraron el hecho, solicitando la presencia de Protección Civil, Bomberos y Cruz Roja.
Una vez en la zona, uno de los oficiales procedió a descender con una cuerda, mientras que los bomberos apoyaban con la camilla; minutos después, ya atado a la camilla, los paramédicos de Cruz Roja y los otros elementos de emergencia jalaron la cuerda para subir al lesionado.
Joven cae a fosa
El presunto abuso en el consumo del alcohol combinado con la oscuridad de la noche, provocó que un joven cayera a una fosa.