El atribulado Banco del Vaticano anunció el sábado su nuevo director, un asesor externo que intervino cuando renunciaron los dos principales administradores el año pasado en medio de un escándalo.
Rolando Marranci había trabajado para el Grupo Financiero Promontorio asesorando al Instituto para las Obras Religiosas a fin de sanear sus cuentas cuando fue nombrado subdirector interino el 1 de julio. Los altos ejecutivos del banco, Paolo Ciprianni y Massimo Tulli, fueron obligados a renunciar después que un contador del Vaticano estrechamente vinculado al banco fue arrestado por tratar de ingresar 20 millones de euros (26 millones de dólares) a Italia desde Suiza sin declararlo en aduanas.
En ese entonces el presidente del banco, Ernst von Freyberg, fue nombrado director interino mientras seguía como presidente y miembro de la junta, en un aparente conflicto de intereses que parece resolverse ahora que Marranci se encarga de las operaciones cotidianas del instituto.
Von Freyberg permanece como presidente.
La designación de Marranci fue anunciada el sábado, días antes de la fecha en que el Vaticano será evaluado por la comisión Moneyval del Consejo de Europa acerca de sus progresos para cumplir con las normas internacionales contra el lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.
El Vaticano aprobó el primer examen de Moneyval a mediados del 2012 pero su agencia de supervisión financiera y el Instituto de Obras Religiosas recibieron bajas calificaciones, especialmente por la capacidad del banco para garantizar la limpieza de sus clientes y sus transacciones.
Promontorio ha revisado las cuentas del Instituto para verificar que cumplen con las normas internacionales. La tarea debió haberse completado para fines del 2012 pero se ha atrasado. La Santa Sede también aprobó una serie de leyes nuevas en respuesta a las recomendaciones de Moneyval, antes de la nueva serie de evaluaciones.
A la vez, el papa Francisco designó una comisión de investigación para examinar la estructura legal y actividades del banco como parte de su reforma general de las finanzas de la Santa Sede.
Marranci, de 60 años, se retiró en 2011 de la institución crediticia italiana Banca Nazionale del Lavoro, donde tuvo varios puestos como contador y fue director financiero de la sucursal en Londres.

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