Aún no había concluido el concierto y la flautista María Esther García Salinas salió del escenario; la gente, reunida en el teatro Principal, permaneció aturdida, desconcertada durante unos segundos; y es que nunca había sucedido algo así durante los conciertos de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato.
Era el último movimiento de la obra Renaissance Concerto para Piano y Orquesta, de Lukas Foss, que es alegre pero no tanto; y García Salinas salió del escenario aún tocando; tras bambalinas todavía se escuchaba el sonido de la flauta; pero todo se debió a un recurso escénico recomendado por el propio compositor. Recurso que dio resultado pues el público respondió con sonoros aplausos.
Y es que desde el tercer movimiento, la flauta y la orquesta lograron crear un ambiente de ensoñación, que por el uso de lentos cambios armónicos provocó un cierto proceso hipnótico que se disipó en el cuarto movimiento –el último-, primero con el contrapunto entre la orquesta y la flauta, y luego, con la salida del escenario; el recurso escénico, bien planeado por el autor, sirvió para que el público retornara a la realidad, después del proceso hipnótico.
La obra se inicia con la interpretación de los metales, con lo que se evoca la llamada “música de torre”, que durante la Edad Media y el Renacimiento se tocaba al anochecer desde las murallas de las ciudades. La cadencia de la flauta, que está presente durante todo el primer movimiento, está constituida con ritmos ornamentales, sin una aparente melodía y se intercala con la melodía que interpretan secciones de la orquesta.
El segundo movimiento es un interludio barroco en el que el autor mezcla un poco el sentido de la época con el mundo contemporáneo.
La obra y la interpretación gustaron, emocionaron al público porque también el director invitado, Eduardo Díazmuñoz, supo armonizar a ese instrumento que es la Orquesta Sinfónica de la Universidad Guanajuato.
El programa se completó con la Obertura Festiva de Dimitri Shostakovich, y la Sinfonía No. 1 del compositor mexicano Eduardo Hernández Moncada.
Así, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato concluyó la primera temporada del 2013, en la que interpretó 17 concierto; además de un ciclo de música de cámara, con 3 programas.
Ciclo de solistas
El próximo 9 de agosto, la segunda temporada se iniciará con el Ciclo de Solistas de la OSUG; intervendrá el ensamble de violoncellos, integrado por Michael Severens, Luis Barajas y Fernando Rojas; a las 7:30 de la tarde, en el teatro Principal.

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