En la comunidad de la Angostura, durante la época navideña algunas casas se convierten en talleres de piñatas.
Esta comunidad está ubicada a 40 kilómetros de la cabecera del municipio de Romita.
Más de la mitad de sus habitantes elaboran estas artesanías, algunos lo hacen durante todo el año y otros sólo de septiembre a diciembre, como la familia Gutiérrez Acosta, quienes convierten su casa en una pequeña fábrica de piñatas con el fin de obtener algún ingreso económico.
Junto con sus cuatro hijos y su esposa hacen alrededor de 10 mil piezas.
Hace 16 años comenzó con este oficio que aprendió de sus padres.
Cuando no elabora piñatas, trabaja de jornalero en el campo, pues los ingresos son mínimos comparados con la venta de las piñatas.
“Cuando inicié no era nada sencillo, se ve fácil pero la verdad si es difícil y no se diga con el periódico cuando se está acomodando para formar el tronco de monitos o de figuras”, cuenta Sergio.
Las piñatas son vendidas en diferentes tiendas en Romita, Silao, Guanajuato, León, Cuerámaro, y hasta en Querétaro, algunos clientes llegan a comprarle hasta mil piezas.
Lo que el cliente pida
Las figuras que más le solicitan son estrellas, burros, osos, aunque también hacen de personajes de caricaturas.
“Hacemos de muchas figuras y personajes, las más fáciles son Dora porque es un mismo molde y sólo se ponen las manos, las difíciles son las de los pitufos y Mario Bros por los detalles que lleva del cuerpo”.
En una ocasión le pidieron elaborar una piñata con la forma de una tarántula de alrededor de dos metros para un Día de Muertos.
Para elaborar estas artesanías se necesitan moldes, periódico, papel de china y engrudo, en 30 minutos forman el tronco, manos, pies y cabeza.
“Primero ponemos en el sol el periódico extendido para que se pueda manejar mejor cuando se le pone el engrudo, en un molde hacemos las cáscaras, se podría decir que es el tronco, luego las manos, patas y cabeza, y se ponen a secar al sol, después de que ya están secas las partes se arma la figura, mi esposa pica el papel de china y comienza a vestir, eso es lo más tardado y más cuando se tiene que detallar según el personaje, al día nos hacemos como unas 100”, dijo Sergio.
Por generaciones
La tradición de elaborar piñatas lleva en la familia de Sergio, al menos 30 años.
“Que yo me acuerde, las primeras personas que hicieron piñatas eran del Distrito Federal, llegaron al rancho, de ahí se regó esto, mis papás aprendieron, luego yo, ahora les estoy enseñando a mis hijos y haber hasta dónde llega”, dice Sergio, quien espera que esta tradición no se pierda y las siguientes generaciones sigan elaborando piñatas, pues le encantaría en un futuro ver a sus nietos también haciendo este bonito trabajo.

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