Desde hace 14 años, Gerónimo Yebra realiza el kilómetro del juguete con el propósito de llevar felicidad a niños de comunidades rurales; esta vez, las donaciones de los capitalinos alcanzaron a cubrir 2 mil metros de longitud en Los Pastitos, donde se recolectaron miles y miles de juguetes.
Durante la última semana, un equipo conformado por 30 personas se dio a la tarea de seleccionar y colocar en bolsas los regalos que comenzaron a distribuirse este 6 de enero. En punto de las 7.30 horas, la caravana, compuesta por 2 camionetas de la Policía Preventiva emprendió el camino hacia las comunidades rurales enclavadas en plena Sierra de Santa Rosa.
En medio de la intensa neblina y del frío, que de verdad hacía estremecer los huesos, las patrullas se abrieron paso sobre la carretera asfaltada, para después tomar un camino vecinal que 5 kilómetros después llegaría hasta un espacio abierto, donde unos 40 niños y 20 adultos ya esperaban a la comitiva.
Alrededor de las 10 de la mañana, el viento helado aullaba, a pesar de ello, los pequeños recibieron con gusto a los “Reyes Magos”, y es que a los Llanos de La Fragua no llegan personas extrañas, mucho menos, cargadas de regalos.
En este sitio casi no hay servicios públicos, solo una pequeña escuela, de las llamadas multimodal, donde en 3 salones se imparten las clases de primero a sexto grado; no hay centro de salud, cuando alguien se enferma tiene que ser trasladado al de Santa Rosa, distante a unos 12 kilómetros, o al Centro de Salud de Pardo, en la zona urbana.
La gente está alejada de todo, “la mano de Dios no nos alcanza”, dice Araceli, Rodríguez, una anciana de aproximadamente 70 años, que lleva en brazos a Renato, su nieto de 3 años.
“Aquí los hombres se dedican a cortar leña y preparar carbón, mientras que nosotras atendemos a los hijos”.
“Eso de cortar leña y hacer el carbón es muy mal pagado, pero ni modo, es el único sustento”, insiste la mujer mientras Renato recibe una bolsa de juguetes.
Otros niños reciben pelotas y porterías de futbol, bicicletas, muñecas, carritos, juegos de té, triciclos, coches de pedales y dulces.
La caravana de los reyes termina su trabajo y parte rumbo a La Fragua, El Varal, La concepción y la Mesa Cuata, a su paso ni siquiera levanta polvo porque el camino parece estar “quemado” por el frío. En ese momento, doña Teresa Pérez improvisa una fogata con hierba seca, alrededor de la cual algunos niños se arremolinan y otros se van a jugar.
Animada por el calorcito, doña Tere platica que “allá cada mes viene un médico para ver a los niños y aplicar vacunas, vienen de Guanajuato a ayudarnos, pero cuando tenemos algún enfermo de gravedad, de plano vamos a Santa Rosa o al Centro de Salud de Pardo”.
La escuelita primara y la visita mensual del médico es la única presencia gubernamental que tienen los de Llanos de la Fragua; “de nosotros casi no se acuerdan, ¿quién va a venir hasta acá con tanto frío?”.
AM dialogó con la comunidad hasta que los pequeños detuvieron a un auto particular y le pidieron a su conductor que llevara al reportero hasta la carretera asfaltada. La petición de los niños y sus más fue que los “Reyes Magos” se acuerden de ellos el año próximo.
Los “Reyes Magos” llegaron a la Sierra de Santa Rosa
Alrededor de las 10 de la mañana, los pequeños recibieron con gusto a los “Reyes Magos”.