El Lechón Ilustrado es un pequeño restaurante de lectura y pensamiento, una mezcla peculiar de punto restaurante, galería, foro y punto de encuentro para personas interesadas en compartir opiniones, gustos y una taza de té.
“Aquí han venido desde personalidades de la cultura, la política, intelectuales, como Paco Ignacio Taibo II y hasta “El Kalimán” o los niños que andan vendiendo dulces, aquí no se le cierra la puerta a nadie, es un foro abierto y yo creo que eso es lo que es El Lechón, comentó Paloma Sierra, encarga de barra del pequeño restaurante y es una de las 9 personas que trabajan en él.
El menú es sencillo, el producto fuerte es el té, rojo, verde, negro, azul, blanco, pero también se sirven café y tizanas, además de alimentos como pizza, hamburguesas de soya, postres, baguettes, tanto para vegetarianos como para comensales convencionales, “creo que aquí hay para todos y de eso se trata de no discriminar a nadie”, comenta Paloma.
Los estantes de libros se ven desde la calle, circundantes a las mesas donde los lecto-comensales se disponen a comer, beber un té un café o una tizana, el anuncio exterior es modesto, la imagen de un lechón estilizado hecho en madera, no es muy visible pero quienes lo conocen ya lo identifican.
Al interior son básicamente tres piezas, el área de restaurante, aproximadamente de 4 metros por 10 con cupo para 35 personas sentadas alrededor de las siete mesas dispuestas en bloques, el mobiliario es de madera y en general luce de estilo rústico, gran parte de los comensales en el lugar son extranjeros.
El restaurante está en el callejón del Truco, número 5, se puede llegar con total libertad a tomar un libro y comenzar la lectura mientras el personal toma la orden, para acompañar un té, un café o una tizana.
ALTIBAJOS
En sus cuatro años de existencia El Lechón Ilustrado ha tenido altibajos, uno de ellos ameritó el cambio de administración y un cambio de domicilio, hoy goza de cierta solidez pero todavía está en proceso de consolidación, relata Citlali.
“Lo empezaron dos amigos, hace cuatro años en el callejón de Cantaritos yo creo que el tamaño allá era lo que hoy es la cocina (…) la idea era sólo té y libros, lo que por sí mismo ya era limitado, cuando lo tenían ellos sí no era negocio, porque además estudiaban (…) incluso uno de ellos vivía ahí.
“Me dijo sabes qué, si no me lo compras tú lo voy a vender por separado, porque a nadie más se lo vendo, y sólo porque es así mi muy amigo lo compramos mi pareja y yo (…) y estuvo bien que estuviera pequeño el lugar porque yo egresada de filosofía pues no sé nada de negocios, pero me sirvió para ir creciendo”, relató.
ORIGINAL
La oferta de El Lechón Ilustrado que de por sí ya era muy original, se expandió no sólo en el menú sino también en la atmósfera cultural artística e intelectual que lo reviste.
Arropó a grupos de artistas locales y foráneos, y ya en su actual domicilio sus paredes las volvió una galería, ahora está montada la obra de Adriana Ascárcega, artista plástica, y sistemáticamente se presentan diferentes actos musicales alternativos o experimentales, obras de teatro, platicas y demás eventos. “Aquí te puedes encontrar un día una obra de teatro, otro música en vivo, otro una platica.
Algunas personalidades que han llegado al Lechón Ilustrado ya sea para merendar o bien para presentar alguna actividad están el escritor e historiador Paco Ignacio Taibo II, el político Gerardo Fernández Noroña o el crítico y analista político Carlos Aguirre, o el director de cine Amat Escalante, que es cliente del lugar hace tiempo.