En la gran de los municipios, los cronistas no son tomados en cuenta y sólo en Acámbaro y Celaya tienen salario.
“Definitivamente son ignorados por sus gobiernos municipales y no son tomados en cuenta para nada. En conclusión, los cronistas están a la buena voluntad de las administraciones municipales”.
Este fue el panorama que presentó Aurelio Conejo Rubio, presidente de la Asociación de Cronistas Municipales del Estado, ante diputados de la Comisión de Asuntos Municipales del Congreso, al hablar de la iniciativa del Gobernador de crear la figura de cronista municipal en la Ley Orgánica Municipal.
Expuso que en otros municipios, para poder cobrar un salario, los cronistas son responsables del Archivo Municipal.
“Se requiere que el nombramiento del cronista no sea producto del devenir político, sino por su honorabilidad y sobre todo por su amor a su tierra, independientemente de su filiación política”, dijo Conejo Rubio.
También propuso que se establezca en la ley que el cargo sea vitalicio y sólo podrá ser removido por las causas previstas en la Ley Orgánica Municipal.
En entrevista posterior, abundó que se dan cuenta que un cronista fue nombrado por causas partidistas cuando los despiden. “Se puede inferir, cuando sale un alcalde, se va con su cronista. Cuando el presidente es de un partido y el cronista de otro, no le tiene confianza”.
Gerardo Argueta, de Acámbaro, propuso que el nombramiento del cargo sea mediante convocatoria pública en la que deberían cumplir los requisitos de conocimiento del lugar, no haber desempeñado un cargo directivo de partido político y un plan de trabajo.

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