En el Rancho La Media Luna están de fiesta, uno de sus jóvenes se tituló como ingeniero químico en la Universidad de Guanajuato. Noé Saldaña Castillo presentó su examen recepcional con éxito, para demostrar que “¡sí se puede!”.
Vecinos, compañeros de clase, maestros y su familia se reunieron en un salón del Departamento de Química del Campus Guanajuato.
Sus papás, Baltazar Saldaña y Felícitas Castillo, “campesinos de toda la vida”, no creían lo que sucedía. “Lo sacamos adelante a puro esfuerzo”.
La Media Luna se encuentra a 3 kilómetros de El Tejabán a donde Noé tenía que trasladarse todos los días para cursar la escuela primaria; luego, en La Sauceda estudió la secundaria y la escuela preparatoria. “Son puros caminos de terracería”.
“Imagínese, todos nuestros hijos han tenido que caminar y caminar para ir a la escuela, no hay otro modo porque nuestro rancho está muy lejos de la civilización, para todo tenemos que ir a La Sauceda y no hay rutas de camiones, aunque sí hay un camino”.
“Han sido años de mucho esfuerzo, tanto de mi esposa como de mis otros hijos que apoyaron a la causa”, dijo don Baltazar, campesino que sólo se dedica al cultivo de maíz, frijol, sorgo, “y a veces, calabacitas y jitomate”, gran parte de su cosecha es para el autoconsumo, lo demás lo vende a otros campesinos que ofertan sus productos alrededor de la Alhóndiga de Granaditas.
Originario del rancho La Media Luna ahora es químico
En el Rancho La Media Luna están de fiesta, uno de sus jóvenes se tituló como ingeniero químico en la Universidad de Guanajuato.