Antonio Juárez, muerto en la explosión de un polvorín el pasado sábado en la comunidad La Ventilla, fue sepultado ayer por sus familiares.
El cuerpo fue entregado a la familia el domingo a las 10 de la noche, más de 24 horas después del accidente que le arrancó la vida. Fue velado en su casa en el ejido.
A las 9 de la mañana de ayer se ofició una misa de cuerpo presente en la colonia San Pablo para luego regresar a su casa y a las 2 de la tarde, ser trasladado al panteón municipal de Dolores Hidalgo, su última morada.
“Aún no lo puedo creer, estoy en shock”, fueron las palabras de Rosario Godínez Rangel, esposa de Antonio a quien también le sobreviven dos hijos de 13 y 12 años.
No tenía seguro
La viuda de Antonio informó que el hombre trabajaba para la fábrica de pólvora Don Pedro desde hacía 6 años y que en todo ese tiempo nunca se le dio servicio de seguridad social como lo marca la ley.
Sin nada que la ampare, la mujer dijo que se las verá duras para mantener a sus hijos ahora que perdió a su esposo.

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