Las vacaciones de fin de año escolar no sólo son aprovechadas como un periodo de descanso para muchos menores de edad, ya que las utilizan para trabajar y contribuir al gasto de sus familias.
Muchos estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria, optan por dejar de lado el descanso y prefieren acompañar, en la mayoría de los casos a sus padres a trabajar.
Hay otros que buscan trabajo por su cuenta, el fin es el mismo: obtener algún dinero para contribuir al gasto familiar o para solventar sus necesidades de calzado, vestido y lo que tiene que ver con los desembolsos necesarios para el regreso a clases.
Lo mismo pueden verse de ‘cerillos’ en tiendas de autoservicio que de ‘ayudantes’ en talleres mecánicos, eléctricos, de herrería, atendiendo negocios donde sus padres son propietarios o bien, trabajan ahí.
Otros optan por oficios como albañiles, pintores, carpinteros, vendedores, en donde la hacen de ayudantes,o la mayoría pertenecen a familias de escasos recursos.
AM Express recorrió algunos sitios de la ciudad para conocer a esos niños.
“Yo tengo dos años que le ayudo a mi mamá, primero porque no pude seguir estudiando y luego porque tengo que ayudar en la casa y prefiero trabajar que perder mi tiempo”, dijo Lizette, de 15 años, que junto con su madre, atiende un puesto de fruta cerca de la Plaza de la Paz.
Ella, como muchos de su edad, no está de acuerdo en que los niños trabajen pero como explica, “cuando somos muchos en la casa, todos tenemos que apoyar”, dice mientras pica la fruta que luego se ofrece al cliente.
José Eduardo tiene 13 años, es originario del barrio del Carrizo y desde hace tres meses labora como ‘cerillo’ en una dulcería, de donde obtiene dinero para llevar a su casa y contribuir al gasto, porque como afirma:”somos pobres y no tenemos mucho”.
Explicó que espera poder volver a la escuela para concluir la secundaria pero primero tiene trabajar para pagar sus gastos como inscripción, útiles escolares, informe, zapatos, tenis.
“No estoy de acuerdo con que niños más chicos trabajen, no se vale que sus papás los manden a la calle y abusen de ellos”, expresó mientras junto a él pasa un grupo de niños de aspecto pobre, que junto con su madre recorren las calles vendiendo chicles.
120 menores trabajan en las calles
El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) municipal, a cargo de Ana Karen Alcaraz Durán, dio a conocer que actualmente en Guanajuato trabajan 120 niños en la calle, pero en temporada de vacaciones la cantidad aumenta.
Explicó que muchos de niños que laboran en la ciudad son originarios de comunidades rurales de otros municipios, en donde el trabajo infantil está prohibido.
Estos niños, en la mayoría de los casos ayudan a sus madres a vender chicles y golosinas o bien, optan por pedir caridad.
La funcionaria precisó que antes de ser retirados de las calles se hace contacto con los DIF de sus ciudades para conocer su situación y sea esa instancia la que se encargue de regresarlos a su lugar de origen.
Niños se ponen a trabajar en vacaciones
Niños buscan la forma de contribuir a los gastos de su casa.