Cuando se trata de trabajar para aportar al gasto familiar, las mujeres han dejado de ser “el sexo débil”.
Lo mismo se les puede ver laborando de cajeras o de meseras, secretarias, en negocios de todo tipo, vendedoras o bien son propietarias de establecimientos de diversos giros, pero en especial en el sector servicios o en la preparación y venta de alimentos.
AM Express recorrió diversas zonas de la ciudad para conocer a esas mujeres que, en la mayoría de los casos, han optado por vivir solas y hacerse cargo de los hijos, lo que no les implica ninguna carga, pues asumen con gusto las responsabilidad de sacar adelante a sus familias.
Muchas de ellas han optado por estar solas y buscar su camino pues, como aseguran, la crianza de los hijos es algo que no se les da mucho a los hombres y prefieren ellas mismas desarrollar esa complicada y delicada labor.
Sus hijos, la mayor motivación
En sus rostros llenos de determinación se puede notar como su única intención es formar a los nuevos ciudadanos, que con sus consejos y buenos tratos esperan que sean los que alcancen mejores condiciones de vida que las que enfrentan ahora, especialmente por la violencia y la inseguridad que afectan a todos los sectores sociales.
Saben que la labor es pesada, ya que una jornada de trabajo de ocho horas implica estar esa cantidad de tiempo fuera de casa y sin estar al pendiente de las necesidades de los hijos, pero lo hacen con un gusto y una decisión que muchos hombres envidiarían.
Incluso quienes son superiores o sus patrones, reconocen que las mujeres aportan en la misma medida que el hombre, además que faltan menos a sus obligaciones que los varones.
Para ellas no hay misiones imposibles, pues reconocen que el trabajo vence cualquier obstáculo y por eso todos los días llegan puntuales y cumplen incluso más allá de lo que les corresponde.
Trabajan igual o más para aportar al gasto familiar
Cada vez, más mujeres llevan el peso económico de sus familias.