Personal de la Dirección de Fiscalización y Control denunció que las artesanas indígenas que venden sus productos en la zona Centro de la ciudad, violan el acuerdo al que llegaron con autoridades municipales, pues no respetan los lugares que les fueron asignados para realizar sus labores.
Según personal de la dependencia, además de que las artesanas no respetan el acuerdo, cada vez es mayor la cantidad de ellas que venden sus productos en lugares no adecuados para ello.
“Sus permisos son para vender sólo en la zona del Jardín Unión, pero las ves que ponen su puestos en las calles Sopeña y Plaza de la Paz y eso no está dentro del acuerdo que ellas se comprometieron a respetar”, dijo el inspector Salazar.
Los puntos de vista del funcionario fueron cotejados por am Express y en un recorrido por esas calles se pudo apreciar como las vendedoras indígenas han dejado de vender en la zona del Jardín Unión, para extenderse hasta la calles Sopeña y Plaza de la Paz.
En estos lugares fueron vistas al menos unas 20 vendedoras indígenas que se colocan en estos lugares, pese a que no hay acuerdo para que ellas aprovechen estos espacios.
La Dirección de Fiscalización ha reconocido que ha tenido muchos problemas con este grupo de vendedoras, porque se niegan a ocupar los lugares que les han sido asignados.
Por ahora, junto con autoridades municipales, la instancia municipal analiza cómo actuar para lograr hacer entrar en orden a las vendedoras, las cuales incluso han sido respaldadas por organismos estatales como la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (PDHEG).

CON PERMISO PRIVILEGIADO

Las vendedoras que proceden de otros estados del país como Puebla, Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Tlaxcala son las únicas a las que hasta ahora se les ha permitido vender en la zona Centro, pese a que el reglamento señala que en Guanajuato no se puede ejercer esta actividad en el Centro Histórico.
Todas ellas ofrecen a los visitantes diversas artesanías y productos que son elaborados en sus lugares de origen y luego vendidos a los turistas que visitan la ciudad.
La negativa de las artesanas de sujetarse a los que establece el reglamento tiene sumamente molestos a dirigentes e integrantes de organismos como la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), quienes aseguran que no es justo que todas ellas vendan donde quieran y que a los habitantes de la ciudad se les nieguen ese tipo de autorizaciones.

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