Los panteones comenzaron a cobrar vida y se perfumaron con los olores de cientos de flores, cuando cuando miles de personas acudieron a visitar a sus fieles difuntos.
Este sábado el silencio y la paz en los panteones quedó atrás, cuando miles de capitalinos de todas las edades acudieron a visitar el camposanto.
Entre los presentes estuvieron Juana Morales Montes y Antonio Cabrera, quienes desde temprano fueron a orar por el descanso de aquellos quienes se han adelantado.
Juana Morales comentó que acudieron a visitar la tumba de su mamá Marcelina Montes Sánchez, quien falleció este año a la edad de 88 años de edad.
“En abril falleció mi mamá, así que acudimos a llevarle patita de León y cempasúchil, estamos un ratito y pensamos acudir también este domingo”, indicó.
Esta ocasión Juana Morales acudió con su esposo Toño y su hija Valentina, quienes aprovecharon para arreglar la tumba de Marcelina Montes.
Entre tumbas y gavetas se escucharon las melodías de los mariachis, quienes entonaron canciones como “Amor Eterno”, para recordar con cariño a quienes se han ido.
También desfilaron entres los pasillos de los panteones el ejército de personas con escalera al hombro, quienes por una pequeña cuota voluntaria arreglan las gavetas más altas.
Quienes no pudieron faltar fueron los niños que cargan los botes de aluminio con agua, para refrescar las flores que llegan “sedientas”.
Afuera de los panteones comenzaron a instalarse los vendedores de alimentos, recuerdos, juguetes, quienes como cada año mitigan un poco el hambre y la tristeza de los capitalinos.
En los alrededores de los panteones, las calles fueron cerradas por elementos de Policía Vial, mientras que otras vialidades debieron utilizarse por única ocasión en doble sentido.

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