Las escasas oportunidades que los habitantes indígenas encuentran en sus pueblos y comunidades, los obliga a emigrar a diferentes ciudades del país en busca de un futuro mejor; sin embargo, la discriminación los hace batallar día con día.
Vianney Mateo Ricaño, una mujer perteneciente a la cultura Otomí Ñañú, dejó su minúsculo pueblo en San Pablito, Pahuatlán, Puebla, para venir a probar suerte a Guanajuato Capital trabajando como artesana, salió sin maletas con dos vestidos y unos zapatos para el frío, tenía 11 años.
Los habitantes de San Pablito son en su mayoría artesanos, “mi papá nos enseñó a hacer collares de chaquira; sé hacer pulseras, cintos, collares, figuras de animales, manteles y blusas bordadas a mano y el papel amate. A nosotros allá nos enseñan desde muy chiquitas” platicó Vianey.
Han pasado casi 15 años desde que Vianney llegó a la ciudad; ahora es mamá de dos niños, se quedó a vivir en la Capital con su esposo, pues le dijeron que Guanajuato era un sitio turístico importante y bonito, lo que no le advirtieron fue que también había discriminación; en los últimos años ha sido víctima de agresiones físicas, de burlas y de humillaciones.
Viven discriminación
Desde hace años, las artesanas indígenas, quienes trabajan como vendedoras ambulantes viven discriminación en la Capital; en el 2011 denunciaron robos y violaciones a sus derechos por parte de inspectores de Fiscalización, según constatan documentos de la Procuraduría de los Derechos Humanos.
Presentan denuncias artesanas
En Guanajuato existen dos grupos de indígenas procedentes de Puebla y Guerrero, hablan el náhuatl y sus culturas son Otomí y Náhuatl; un grupo ha trabajado como vendedoras ambulantes y el otro grupo como empleadas en locales, otros rentan los locales para vender las artesanías.
En el 2012, tras las agresiones que sufrieron, doce artesanas ambulantes solicitaron ayuda del Frente Cívico Guanajuatense, una asociación no gubernamental que ayuda a grupos vulnerables.
“En el 2012 pidieron nuestra ayuda, analizamos los casos y vimos que se estaban violando sus derechos.
…el Poder Judicial de la Federación hizo una revisión en las viviendas de las indígenas para verificar si era verdad lo que se decía que vivían en unas casas enormes, que tienen camionetas grandes y de lujo y que viven muy bien; sin embargo, personal del Poder Judicial pudo ver que las mujeres y los hombres fabrican ellos mismos sus productos y viven en colonias de Guanajuato, ” consignó Martha Lilia Gallardo Pérez, miembro del Frente Cívico y defensora de las indígenas.
Emite PDHEG recomendaciones
Tras las investigaciones de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDHEG), la dependencia comprobó que en el 2011, 2012 y 2013, hubo violaciones a los derechos humanos y garantías individuales de las artesanas, por lo que se emitieron recomendaciones también a los ex alcaldes Nicéforo Guerrero Reynoso, al interino Edgar Castro Cerrillo y al actual Luis Fernando Gutiérrez Márquez.
El 8 de abril del 2013, la PDHEG emitió cuatro recomendaciones al Alcalde, y aunque las aceptó, ya casi son dos años y dos de ellas aún no se han cumplido.
Las recomendaciones fueron:
1) Iniciar procedimiento administrativo contra Horacio Alberto Morales, ex director de Fiscalización (quien renunció a su cargo por tal motivo)
2) Instruir procedimiento disciplinario administrativo contra el ex director de Fiscalización
3) Proveer lo necesario para que se inicie el proceso de revisión, y en su caso modificación, del marco normativo y administrativo que regula la actividad comercial en la vía pública a efecto de actualizarlo y que responda a las realidades y necesidades sociales contemporáneas y garantice los derechos humanos de todas las personas
4) Proveer lo necesario para que se implemente un plan estratégico que permita la protección integral del Centro Histórico de dicha ciudad capital, con el fin de que la sociedad en su conjunto goce del patrimonio cultural que significa el mismo.
Las agresiones
El caso de Nazarita
Nazarita Aniceto de 34 años, llegó hace 20 años a la Capital. “A los 10 años aprendí a pintar, mis papás me enseñaron a trabajar, a mi me gusta vender mis cosas y trabajar, yo lo que quiero es que me dejen trabajar, a mi no me gusta pedir limosna”, dijo la artesana.
“Una vez llegaron los inspectores de Fiscalización y agarraron mis cosas y las echaron a una bolsa de plástico negra, yo les dije; bueno, pero cuéntenlo, porque luego se roban las cosas, se llevaron 67 anillos y regresaron 57, le marcaron a la hoja encima un cinco en vez del seis, me robaron 10”, platicó Nazarita.
El caso de Estela
El 17 de noviembre del 2013, Estela Felipe Aniceto, artesana indígena originaria de San Agustín, una comunidad ubicada en las montañas, cerca de Chilpancingo, Guerrero, también reportó el robo de su mercancía por parte de los inspectores.
El caso de Vianey
El 9 de febrero del 2014, Vianey se encontraba en la zona Centro, pidió a su esposo que le detuviera unas coronillas de flores de papel que ella hace, de pronto un inspector se las quiso arrebatar pero Vianey se abrazó del palo de las coronas, al querer recuperarlas forcejearon y el inspector corrió con las coronas .
“Se refugió en la Presidencia Municipal”, según constan los hechos que luego fueron denunciados en la Procuraduría de los Derechos Humanos bajo el expediente 3711/14.
Este hecho derivó en una disculpa pública que seis meses después aceptaron cumplir los inspectores de Fiscalización para que no siguiera la causa penal en su contra por robo.
La disculpa pública se cumplió en los juzgados penales de control el 13 de agosto del 2014 y pagaron mil 680 pesos la reparación del daño.
El caso de Ester
El 29 de Julio del 2014, Ester Aniceto de 29 años, artesana indígena originaria de San Agustín, Guerrero. “Ese día yo estaba con mi canasta en el piso, llegaron los de Fiscalización y me las querían quitar, yo no me dejaba y como no me las podían quitar las ‘abracé’ con mis piernas así (sic.), llegaron dos mujeres policías y me agarraron cada una de cada mano y me las quitaron, luego los policías me esposaron, ese día quedé con moretones”, platicó Ester.