Las damas del Club de Leones de Marfil prepararon el tradicional fiambre, platillo con carnes frías y vegetales encurtidos que se come el 2 de noviembre con motivo del Día de Muertos, alimento que se ha vuelto el menú principal para rendirle culto a sus familiares y amigos ya fallecidos.
Este año, los leones dedicaron su altar a dos personas muy queridas, al papá de la dama leona Ericka González de Preciado y a la mamá del socio Héctor Guillermo Mosqueda Ramos.
Antes de la degustación del platillo se leyó una semblanza de cada uno, momento en que revivieron algunos pasajes de su vida, recordaron su personalidad, sus fracasos y éxitos en la vida.
Entre papel picado y un altar con los elementos necesarios para su viaje de regreso al más allá, los invitados disfrutaron del platillo que se sirve con patitas de puerco, chicharrón, jamón, chuleta y otras carnes que le dan un sabor especial.
Después del plato fuerte, se sirvió el tradicional pan de muerto acompañado de cajeta de camote con su típico sabor a guayaba, uno de los alimentos guanajuatenses que se preparan especialmente para la ocasión.
Este año las cachorras y damas se pintaron la cara de catrinas, caracterización que recuerda a la calavera garbancera creada por el grabador José Guadalupe Posasa y que Diego Rivera bautizó en su mural ‘Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central’.
Cumplen leonas tradición
Las damas del Club de Leones de Marfil prepararon el tradicional fiambre, platillo con carnes frías y vegetales encurtidos que se come el 2 de noviemb