Sólo unas semanas después de haber ‘limpiado’ el pasaje Manuel Leal de comerciantes ambulantes, la nueva administración se enfrenta al problema que el comercio informal genera sobre las aceras de la calle Alhóndiga.
Sobre las dos banquetas que bordean a esta importante vialidad, se han colocado al menos 15 puestos de comerciantes.
En el sitio se han ubicado puestos de alimentos, ropa, pan, fruta y otros productos que ahora ocupan el lugar por el que a diario transitan miles de personas.
Además, se trata de una de las zonas de mayor actividad de la ciudad, pues en el pequeño espacio que va del edificio del Archivo del Estado hasta la esquina con el edificio central de la Procuraduría General de Justicia se ubican distintos giros comerciales, escuelas, hoteles y oficinas públicas.
Por el momento, los transeúntes se tienen que adaptar a caminar entre los puestos y hasta librarlos para evitar tropezar con alguno.
“Tiene como unas dos semanas que llegaron más comerciantes y lo malo es que la banqueta es pequeña para los comerciantes y la gente”, dijo Saúl de la Torre, mientras en su caminar tiene que esquivar a algunos de los puestos.
Entre los mismos comerciantes también hay incomodidad, ya que a algunos les han reducido espacios para darles un sitio a otros.
“Sí es poco el espacio que queda para la gente, nosotros buscamos afectar lo menos que podemos, porque la gente tiene que pasar”, afirmó un vendedor de pan.

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