Después de aproximadamente 20 años, la Sierra de Santa Rosa se volvió a vestir de blanco, al caer una nevada que obligó a los habitantes de la comunidad a refugiarse en sus hogares.
Temperaturas que fueron descendiendo poco a poco, una llovizna en el centro de la capital del estado, fueron el preámbulo de una nevada que cubrió de blanco los cerros de la Sierra de Santa Rosa.
Fue justo a las 3 de la tarde, cuando el hielo en forma de “plumas de color blanco” comenzó a caer en la zona de Los Mexicanos.
Unos metros más adelante, entre el santuario de Las Palomas y Santa Rosa la nevada se intensificó, hasta ahí llegaron los camiones que cubren la ruta Guanajuato a Dolores Hidalgo y viceversa, por cuestiones de seguridad se estacionaron sobre la carpeta asfáltica que en esta ocasión estuvo tapizada de hielo.
El resto del camino a Santa Rosa fue a pie, cubiertos de telas, cobijas y protegiéndose de la nieve con paraguas, los pobladores decidieron descender de los camiones para llegar a sus hogares; filas de personas cargando a los niños en brazos, soportaron por varios minutos una temperatura de menos 10 grados centígrados.

Fiesta en Santa Rosa

Mientras para los conductores el mal tiempo eran momentos de una angustia, para los habitantes de Santa Rosa todo era felicidad.
Niños y adultos salieron a los patios, a los terrenos baldíos y al cerro, para jugar a hacer bolas de nieve y aventárselas unos a otros.
Entre los pobladores que salieron a jugar con la nieve estuvieron Mari Paz Vallejo, quien en un lote baldío se divirtió con su familia, aventándose bolas de nieve. Así las carcajadas no paraban.
En tanto que María Cristina Jasso comentó que fue hace más de 20 años cuando nevó por última ocasión, así que no desaprovechó la oportunidad para salir a presenciar la caída de nieve.

Rescatan a varados

Cerca de las 5:30, las fuerzas de seguridad abrieron la carretera, pero sólo para permitir el regreso a la ciudad de Guanajuato, de los carros que quedaron varados.
A una velocidad promedio de 5 kilómetros por hora, los conductores descendieron de la ciudad, el hielo acumulado en el piso provocaba que los carros patinaran con riesgo de caer hacia los precipicios, muchos optaron por estacionar sus carros en la orilla.
Fue nuevamente hasta cerca de Los Mexicanos, donde sólo había agua, el hielo se había derretido, aunque en Santa Rosa la nieve seguía cayendo.
En la zona de Valenciana se acumuló una larga fila de carros, con conductores que querían pasar a ver la nieve, pero por cuestiones de seguridad se negó el acceso.
En la casa de Juan Sánchez, en el Puerto Santa Rosa, al no poder bajar a Guanajuato a trabajar, no hubo otra opción que preparar el café y esperar a que pasara la nevada, en las jardineras se acumulaban alrededor de 20 centímetros de nieve, aunque el hielo seguía cayendo del cielo.

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