Uno de los deseos más frecuentes de las personas es vivir sus relaciones sexuales sin riesgo, de ahí que generalmente surja la pregunta ¿cómo hacerle para eliminar cualquier riesgo y disfrutar plenamente?… la noticia es, no existen contactos o relaciones sexuales sin riesgo.
Todo contacto sexual conlleva por sí mismo riesgos que se requieren asumir, entre ellos, los más convencionales a los que todas las personas estamos expuestos, que serían los riesgos físicos, por ejemplo: contraer una infección sexual o no sexual, lesiones accidentales (por la fricción, caídas inesperadas, raspones, jalones de vellos, mordiscos, rasguños, etc.), sufrir desgarros, calambres, deshidratación, embarazo, alteración de la respuesta sexual debido a la presencia de una enfermedad aguda o crónica, etc.
Aunado a estos, están los riesgos emocionales y sociales, los cuales se requieren personalizar, ya que somos diferentes y tenemos razones particulares; ejemplo: que no fuera lo que esperabas (expectativas muy altas), vivir violencia sexual sea por rechazo o por abuso o violación, que te asalten temores (al embarazo, a decepcionar a alguien que no seas tú, pérdida de la “virginidad”, manchar o romper cosas, que te escuchen, a no “hacerlo bien” o no saber qué hacer, violar normas morales y religiosas, miedo a la paternidad y/o maternidad, etc.), no sentir lo que esperabas, quedar con sensación de vacío y no de placer, que les descubran, que alguien se dé cuenta, presencia de una respuesta sexual inadecuada o diferente a la que esperabas, no llegar a vivir un orgasmo, que no sea la persona con quien formalices una relación, que te graben o tomen fotografías o tu mismo(a) las envíes y que sean difundidas, etc.
De por sí, con los riesgos físicos es bastante, al sumar el resto se aumenta el peso y el nivel de riesgo a un contacto sexual; llevando a que sea mitificado y se convierta en atemorizante o bien, que se le considere como libre de cualquier riesgo y sólo con el fin del disfrute.
Incluso, los seres humanos llegamos a ser tan ingenuos, imprudentes, despreocupados o a sentirnos tan poderosos que cualquier riesgo lo podemos llegar a ver como un trofeo, logro, éxito, hasta el momento en que llegan las consecuencias posteriormente, las cuales resultan ser tomadas como castigos en lugar de lo que realmente son, resultado de nuestros actos y decisiones.
Continuará…
Relaciones sexuales& ¿sin riesgo? O asumiendo el riesgo (Parte I)
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